La Policía Local de Mataró cuenta desde este 2021 con dos nuevos mandos. Se trata de un subjefe (el segundo mayor rango, por debajo del intendente Mateo Sánchez) y de un nuevo inspector, que se incorporan este mes de enero. Lo hacen en pleno conflicto de la plantilla con el Ayuntamiento, y entre los diversos objetivos que tendrán que cumplir figura posar orden al cuerpo policial, que ha vivido un desgavell importante en los últimos meses.
El alcalde, David Bote, la regidora de Seguridad Pública, Anna Villarreal, y el jefe de la Policía Local de Mataró, el intendente mayor Mateo Sánchez, han recibido oficialmente este miércoles los dos nuevos mandos. Son El intendente Xavier Santajuliana, que dispone del segundo mayor rango dentro del cuerpo y desarrollará las funciones de subjefa de la Policía Local; y el inspector Marc Corominas, que desarrollará las funciones de responsable del área comunitaria.
Santajuliana procede de la Policía Local de Sant Vicenç dels Horts y, Corominas, de la Policía Local de Cornellà. Los dos han accedido al cuerpo después de participar en un proceso de selección al cual se presentaron 7 candidatos en el caso de la plaza de intendente, y 23 aspirantes en el de la plaza de inspector.

Policía Local de Mataró. Foto: R.Gallofré
Según el Ayuntamiento, estas incorporaciones permitirán "abordar el diseño de proyectos de reorganización y de mejora del servicio para ejecutar a medio plazo". Una frase que hace referencia a la transición hacia un modelo policial de proximidad, el mismo que ha generado muchos recelos en el seno de la plantilla y que ha llevado a la grave crisis vivida en diciembre, cuando una más que probable huelga encubierta dejó sin cubrir tres turnos nocturnos durante un fin de semana. A banda, los policías manifestaron cuestiones muy graves, como por ejemplo el hecho que durante el año se han desatendido centenares de servicios por carencia de efectivos.

Cartel de la Policía Local de Mataró a la comisaría anunciando que no había turno nocturno
La situación se ha reconducido temporalmente, a pesar de que queda camino para recorrer para resolver el desacuerdo sobre el modelo policial. El principal escollo a salvar es el reparto de efectivos entre el servicio ordinario y la Policía de Barrio, que parte de la plantilla considera desequilibrado en favor del segundo. Desde el Ayuntamiento, pero, no se da el brazo a torcer, además del descontento que existe al consistorio por el porcentaje muy elevado de absentismo que hace tiempo que se produce entre los agentes del cuerpo.
El refuerzo de la estructura de mandos de la Policía Local también en un momento de transición en que ya se empieza a trabajar en el relevo generacional, puesto que parte de los actuales mandos entran en el periodo de jubilación voluntàri (los policías locales pueden acogerse a la jubilación voluntaria a partir de los 59 años). A lo largo de este año también está previsto de hacer un proceso de selección para la cobertura definitiva de una decena de plazas vacantes a la Policía Local.
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