Juan Ortiz

Eduardo Galeano y Mataró

Dos noticias estos días han coincidido. Malas noticias, por cierto. La muerte de Eduardo Galeano, uruguayo universal, y también de en Günter Grass, escritor alemán universal. Trayectorias diferentes y confluencia en gran parte en su época adulta. Dos sabios. Dicen que cuando muere una lengua, una parte de la humanidad desaparece. También podríamos decir que cuando mueren dos sabios de la talla de Galeano y de Grass, el mundo se oscurece. A buen segurohabrá gente que volverá a iluminarnos y dar luz, pero requerirá tiempo a que maduren las luciérnagas. Mientras tanto, tendremos que combatir las sombras todo sólo, aprendiendo de las lecciones y ganar la batalla a la estultícia.

Eduardo Galeano -y otros autores que tenemos como referencia de nuestra formación autodidacta, porque son "cosas" que no se enseñan y se aprenden a los institutos y, muy probablemente, tampoco a las universidades-, forman parte de nuestro mobiliario mental. Sus artículos eran imprescindibles. Cumplía a la perfección aquello que Pier Paolo Pasolini, el heterodoxo por excel•lència, del cual también se cumplen ahora cuarenta años de su muerte, proclamaba. Pasolini señalaba como tarea sagrada de la intel•lectual "dar voz a los que no tienen voz".

Eduardo Galeano, a "Las Venas abiertas de América Latina", se convirtió en mi enciclopedia particular de los estragos del colonialismo, primer español y después otras metrópolis. Y más que conciencia de clase me abasteció conciencia universal de la especie humana, que reafirmaba el ideal comunista en el que me eduqué. Y sí, dique "comunista", porque en mi juventud, los comunistas del PSUC eran lo mejor de mi generación. Y sí, conozco bastante bien los estragos que la "marca" comunista también ha protagonizado. No se trata de hacer competiciones sobre malvestats, pero el capitalismo y la ideología de sus apóstoles hacen empal·lidir la ideología de la hoz y el martillo.

Eduardo Galeano y sus artículos han sido luz cegadora de las injusticias cometidas por los depredadores del mundo perfumado e indoloro. A "Los Nadie" reflejaba con su sencillez tan trabajada el contraste de la miseria moral de los imbéciles sobrealimentats, sobre todo insensibles y despreciativos de los otros, los más pobres. El absurditat que hace sobresalir en su libro "Espejos", en torno a las diversas modalidades de racismo y discriminación hacia a los otros congéneres, es antológica.

Conocí Eduardo Galeano en Mataró, a Can Xammar. Me lo presentaron unos amigos de Arenys de Mar, donde él estuvo residiendo una temporada. Amigos de CCOO y del PSUC, que venían a ser testigos de la presentación oficial de la Coordinadora del Maresme por la paz y el Desarme. Era el 17 de febrero de 1984, al atardecer. Can Xammar era entonces un tipo de incubadora de ideas, de iniciativas, de asociaciones, desde el MEM, pasando por la Televisión de Mataró y los cursos de formación democrática a la Policía Municipal. Lugares de charlas, conferencias y encuentros. Eran tiempo de il•lusions y de ganas de hacer muchas cosas. Aquel día se daba a conocer el "Llamamiento por la paz y el desarme", que tenía varios ejes: Por la neutralidad. No a la OTAN y las bases militares. Rechazo al aumento de los gastos militares, y de forma urgente el rechazo al despliegues a los euromíssils.

Eduardo Galeano tenía muy buena presencia, discreto y observador. Vendía acompañado también otros uruguayos que pasaron por Mataró, como por ejemplo algunos responsables médicos del Hospital de Santo Jaume, que más tarde se integraron en el Frente Amplío en el Uruguay, entonces todavía a la oposición después de años de clandestinidad, y que actualmente gobierna aquel país. El presidente Mujica y su discurso de despedida han dado la vuelta al mundo y se han convertido en un fenómeno viral.

De Günter Grass hay que destacar "El tambor de lata" ("El tambor de hojalata"). Libro que utiliza las técnicas de realismo fantástico, al igual que "Los hijos de la medianoche" de Salman Rusdie, intentando poner orden en el caos posterior a la independencia de la India. Ambos utilizan la figura de los niños para exponer aquello que con la distancia del tiempo resulta inefable. Cómo si no expresar el fenómeno nazi tan compartido de su familia? Günter Grass se convirtió después en el crítico de la deriva expansionista de la socialdemocràcia y la denuncia de la intervención en Irak, y de la prepotencia alemana hacia Europa.

Quiero remarcar una secuencia de uno de los personajes del libro que protagoniza un niño con su tambor, interfiriendo un desfile: "O impones tu música o tendrás que bailar la música que te impondrán otras". Probablemente estaba destacando también la tarea de la intel•lectual y también de las fuerzas de resistencia contra la barbarie. Y este aspecto es de utilidad actualmente contra aquello que ya no sedice mucho, "el pensamiento único". Es muy curioso porque en España esto lo experimentamos continuamente con los monopolios informativos: de cómo estos, como buen estrategs militares, pues forman parte del conglomerado burgués y hegemónico, han roto el espinazo de las izquierdas para frenar una alternativa decente para este país. Y en Cataluña, con el tan manoseado "Proceso". Aquí en Mataró, probablemente el bloque burgués será el grande beneficiado, y asegurar la continuado de los neoliberales, actualmente en el gobierno municipal; podrán repetir mandato. Vivan las caenas, viva "la bandera". El "Quejío" de la Cuadra de Sevilla, caricatura o tragedia de la Andalucía de los señoritos también se puede trasladar a una supuesta "Cataluña triunfante".

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