Romero en una imagen de archivo
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capgros.com/acn

El anterior gobierno apela a la 'legalidad' del contrato del bar del TCM

La expresidenta del TCM, Alícia Romero, afirma que la cláusula sobre la amortización de la inversión es "habitual" y "ajustada a ley"

Los antiguos dirigentes el Ayuntamiento de Mataró aseguran que tanto el pliegue de clondicions para la adjudicación del servicio de bar del TecnoCampus Mataró-Maresme (TCM), como el posterior contrato firmado con Eurest en 2011, es "legal". Una cláusula establecía que el consistorio tendría que asumir como propia parte de la inversión que Eurest había hecho en maquinaria, si la empresa decidía marchar antes de los quince años de contrato. Esto ha acabado pasando y ahora el Ayuntamiento tiene que hacer frente a un gasto extraordinaria de 550.000 euros. La expresidenta del TCM y actual diputada del PSC al Parlamento, Alícia Romero, afirma que es una cláusula "habitual" en este tipo de contratos y que está "ajustada a ley".

Los hechos se remontan a los años 2010 y 2011, cuando en Mataró gobernaban PSC, ICV-EUiA y ERC. El 2010 se aprobó un pliegue de condiciones para la adjudicación del servicio de bar del edificio universitario del parque TCM. Un año más tarde, se firmó el contrato con la empresa adjudicataria con unas condiciones que, en algunos casos, contradecían el pliegue de condiciones inicial.

La que estos días inquieta la ciudad es la que fija que el propio TCM, en caso de que la empresa decidiera marchar antes de los quince años que fija el contrato, tendría que asumir la amortización pendiente de la inversión que hizo Eurest para poner en marcha el negocio. Esto se traduce hoy con un gasto extraordinario de unos 550.000 euros, puesto que la empresa ha decidido abandonar el TCM.

La presidenta de la Fundación TCM en aquel momento y actual diputada socialista, Alícia Romero, asegura que todos los trámites se hicieron "ajustados a ley". En aquel momento, relata Romero, "nohabía dinero para equipar el espacio del bar" y se decidió que lo pagara el adjudicatario. La cláusula de la discordia se incluyó en este contexto y, según Romero, es "habitual" en este tipo de contratos.

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