'El boicot al cava catalán parece haber provocado el efecto contrario'

Suena el timbre. “Hola somos de la campaña Mano Abierta, venimos a buscar botellas de cava”. La responsable de uno de los diez grupos encargados de recoger botellas de cava, Mireia Font, repite este proceso a lo largo de la calle Santa Agustí. A su lado, un grupo de chicos y chicas lo ayudan en esta ardua pero solidaria tarea. Cómo ellos, el resto de grupos se han repartido por diferentes zonas de Mataró para recoger todas aquellas botellas de cava que se puedan aprovechar para vender después. “La gente ya te espera y de momento la respuesta que tenemos es muy positiva”, destaca Font.

Mientras un coche cerca por las calles animando a los ciudadanos a hacer su aportación, en la escuela Maristes Valldemia, una veintena de col•laboradors se apresuran a poner todas las botellas en orden. Entre ellos, el director del centro, Xavier Giné, quien aprovecha para animar a todo el mundo que col•labori: “Todo el mundo que tenga algo a aprovechar será bienvenida”. Y al epicentro de las celebraciones, la Plaza Santa Anna y la Riera, las botellas de cava empiezan a llegar. Una de las ciudadanas que seacerca con varias botellas a la mano, Pilar Vázquez, agradece el trabajo a los col•laboradors de la campaña: “Es importante que hacéis esto; además, ayudáis a la gente a que recicle más”. Según las previsiones de los organizadores, este año esperan recoger unas treinta mil botellas de cava.

Son tres escenas de la campaña Mano Abierta, organizada hoy martes por la asociación homónima y la escuela Maristes Valldemia. Se trata de una serie de actividades que quieren sensibilizar los ciudadanos sobre la situación de pobreza que viven algunos mataronins y a la vez recoger dinero para darlos en proyectos benéficos. A pesar de que la recogida de botellas de cava es una de las actividades más conocidas, La Fiesta de la Solidaridad en Mataró ha programado durante todo el día una serie de actas que prevén recaudar más de 5.000 euros. “La respuesta que estamos teniendo es muy buena y demuestra la gran solidaridad que tiene Mataró”, valoraba a mediodía uno de los organizadores de la campaña, David Codina.

Los organizadores recuerdan que, si bien no todas las botellas de cava son útiles, “la gente puede traerlas porque, de todas formas, también se reciclarán”. En total, unos doscientos voluntarios tenían previsto recorrer Mataró recogiendo, como dice Mireia Font, “el máximo de vidrio posible”. De hecho, según el director de Valldemia el ritmo de este año es “muy bueno y, a la vez, positivo”. “Parece que la campaña contra el cava catalán –prosigue Giné- haya tenido efectos contrarios a los esperados. Esta año da la sensación que la gente ha comprado más cava”.