El itinerario empieza en el portal de los Herreros, a las murallas de Falset, a la banda nordeste de la villa . Se va a la izquierda para ir a encontrar el camino del cementerio que arranca del lado de la carretera de Falset en Gratallops, apenas bajo las casas del pueblo . Se deja un camino a la derecha y se continúa abajo para ir a encontrar el cementerio. Se va a la derecha, al norte siguiendo el camino tradicional, en este primer tramo asfaltado y siguiendo las marcas del GR 174. Se baja suavemente entre campos de avellanos. Se atraviesa el barranco de la Foïna y poco después, el camino se bifurca. Se continúa por el de la derecha, al recto y se entra en un tramo de camino fondo. Se deja un camino a ma derecha, otro a la izquierda y se llega a una nueva bifurcación. El camino de la izquierda marcha en dirección al cuello del Molino y a Bellmunt (GR 174). Se continúa nuevamente por el de la derecha, ensartando recto la vertiente de la sierra siguiendo el camino viejo de herradura de Gratallops marcado con las señales amarillas de la red de caminos del Priorato.
Pronto se dejan atrás los últimos campos cultivados y se llega en lo alto de la sierra de las Obagues. El camino baja por la vertiente norte bajo un lozano alzinar que ahora crece encima de antiguos bancales. Los árboles regalan una sombra maravillosa en época de calor que no sólo es apreciada por los caminadors sino también por los helechos y musgos quecrecen. Sin perder mucho tiempo el camino baja hasta el fondo del valle para ir a cruzar el río ante las viñas de cortijo Martinet. Hasta que se vuelva a construir una passera o una palanca, cuando baja agua, hay que descalzarse para cruzar el Siurana. Lógicamente, época de lluvias fuertes, se desaconsejable cruzarlo. Se pasa a la otra orilla momentáneamente porque, después de un corto tramo entre canyissos y chopos, se vuelve a cruzar la cama del río.
A la otra banda, el camino inicia una buena subida, mostrando una anchura y unos márgenes muy elegantes. Todo y el fuerte desnivel, el camino permite una ascensión suficiente cómoda. Las delicadas vistas sobre las viñas de cortijo Martinet son poco después sustituidas por las del pueblo de Bellmunt al fondo y llegando en lo alto, por los espectaculares anfiteatros de cepos que coronan las vertientes más altas de la sierra. La mula vuelve a labrar estas viñas que producen uva por la bodega de Álvaro Palacios.
El camino desemboca en un otra de más ancho a tocar de los campos y poco después se llega al lomo de la montaña. Las viñas se hacen señoras de la montaña. El espacio se ordenado con líneas, que resiguen las concavitats y convexitats que impone la orografía. Líneas y viñas acompañadas de almendros y de olivos, todo ello se combina para crear unas armonías sumptuoses en un paisaje que, en cambio, está marcado por los rigores y las dificultades. Se continúa andando por el camino de tractor que resigue el capdamunt de la sierra. A la izquierda se deja, junto a una explanada para maquinaria, el camino de los Molinos de en Borràs, y poco después, el camino que trae a Bellmunt.
Pronto se llega a un suave collarín, con una bifurcación junto a un maset arreglado. Se va a la derecha, recto, arriba para ganar la parte alta de la sierra. En lo alto, a la derecha, se abren las espectaculares vertientes de Mogador, del viticultor René Barbier. El camino inicia un descenso suave y a la cabeza de poco se deja el principal para continuar al recto. El pueblo de Gratallops aparece delante. Como la mayoría de pueblos prioratins, el campanario de la iglesia continúa ordenando elegantemente las casas que se apiñan a su redós. Al poco de empezar la bajada más pronunciada, se deja el camino agrícola que trae a los campos y se reencuentra, a la derecha, el viejo camino de herradura que hace un marcado tumbo y baja, recto a encontrar otro camino de tractor. Enseguida se cruza la carretera y se entra a Gratallops por la calle de la Era.

El itinerario transcurre entre viñas y encinas
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