El polos entre las dos manifestaciones que han tenido lugar este sábado en Mataró, la marcha a favor de la unidad de España y la contramanifestació "antifascista", ha acabado sin incidentes graves, más allá de algún hecho aislado. Pero ha dejado en el ambiente una tensión inaudita en la ciudad. El enorme despliegue de los Mossos d'Esquadra que ha hecho de barrera entre las dos concentraciones ha evitado los enfrentamientos entre miembros de las mismas. Todo ello con el centro de Mataró bajo un blindaje policial nunca ver. Y a pesar de este espectacular despliegue, en algún momento ha parecido que la situación se descontrolava, apenas cuando la manifestación españolista llegaba ante el Ayuntamiento y el cordón policial, todavía no bastante muy formado, a duras penas resistía las embestidas de algunos de los antifascistas.
La marcha unionista ha arrancado hacia las 17.45h desde la plaza Miquel Biada. Promovida por Plataforma por Tabarnia, Segadores del Maresme y Resistencia Mataró, ha congregado una asistencia muy menor a la esperada. Querían atraer 10.000 personas, tal y como ellos mismos manifestaron, y tan sólohan participado medio millar, según datos del Ayuntamiento. Bastante menos incluso que en anteriores convocatorias españolistas en Mataró. La manifestación ha avanzado hasta plaza de las Tereses y desde allá hasta el Ayuntamiento, mostrando una estampa y unos mensajes que ya son muy familiares en este tipo de actas en Mataró: gritos de "Puigdemont a prisión", "Viva Cataluña, viva España y Viva Tabarnia" o "Mataró se española", señeras, rojigualdas, banderas de Tabarnia... Estaba encabezada por un camión rojo desde el cual los líderes de la manifestación iban lanzando consignas, en un ambiente pretesament festivo.

A primeras filas, representantes políticos locales de partidos como PP o PxC: con el popular José Manuel Lópezhabía José Vargas, Presidente de la Asociación Catalana de Víctimas de Organizaciones Terroristas. Entre los asistentes tambiénfiguraba Álvaro de Marichalar, un habitual de estas manifestaciones en Cataluña. El aristócrata, que ha sido una de las voces más críticas con el proceso de entre los personajes de la crónica rosa ha venido desde Madrid "para dar un golpe de mano al sentido común; reclamamos bondad, democracia y paz". También ha afirmado que "Mataró por mí es importante porque mi abuela materna era de aquí".
En un primer momento el cordón policial, todavía no bastante muy formado, a duras penas resistía las embestidas de algunos de los antifascistas.
Desde las tres y media de la tarde, mientras tanto, se han ido concentrando los asistentes a la contramanifestació "antifascista" promovida por el CDR de Mataró. A su parecer, detrás de la manifestación a favor de la unidad de España seesconden grupos de extrema derecha y fascistas, autores de acciones como las de hace dos semanas a la playa de Canet -la retirada de cruces amarillas que acabó con cinco heridos- o la agresión a un joven un golpe acabada una marcha españolista en Mataró el pasado noviembre. La intención del CDR era hacer la manifestación ante el Ayuntamiento, pero desde el mediodía el acceso al mismo ha quedado totalmente bloqueado. En una estampa que no se recuerda en la ciudad, durante toda la tarde el tramo de La Riera entre la calle Pujol y la escuela Corazón de Maria ha quedado totalmente cortado al tránsito de peatones y vehículos, y ninguno de los comercios del sector, ni el Frankfurt de La Riera, ha podido abrir puertas. El CDR ha mantenido la concentración tan cerca del Ayuntamiento como los ha sido posible, a la espera que llegara la marcha españolista. Eran más de 300 personas.

Ha estado hacia las seis y media de la tarde que los manifestantes unionistas han ensartado la calle Sant Josep. Y cuando estaban a punto de llegar al Ayuntamiento es cuando se han vivido los momentos de mayor tensión. Algunos de los antifascistas concentrados a tocar del consistorio han intentado romper el cordón policial, que en un primer momento no era muy numeroso. Se han vivido enfrentamientos entre asistentes y la policía, que no ha asegurado del todo la situación hasta que no se han desplegado más antidisturbios. El choque entre las dos marchas se ha saldado con numerosos insultos y amenazas. Miembros de la manifestación unionista han denunciado lanzamiento de piedras y de huevos por parte de los antifascistas. El CDR, por su parte, ha criticado duramente el despliegue policial y la actuación de los antidisturbios contra varios manifestantes, y a través de Twitter también han denunciado que los agentes de los Mozos traían escopetas de pelotas de goma, prohibidas por el Parlamento catalán.

José Casado, portavoz de Segadores del Maresme, ha leído un largo comunicado ante el Ayuntamiento, a duras penas audible ante los gritos de las dos manifestaciones. Casado ha lamentado que "los políticos nos han abandonado" y que "ser español en Cataluña está perseguido". Casado también ha criticado el alcalde, David Boto, por haber "preferido otros aliados en ninguna parte de defendernos a nosotros, los vecinos de los barrios de Mataró". Seguidamente el medio millar de manifestantes, escoltado por los Mossos d'Esquadra, han marchado de ante el Ayuntamiento, volviendo por la calle Sant Josep en dirección a plaza de las Tereses. Lo han hecho con gritos de "somos gente de paz" y "las calles también son nuestras", siguiendo la consigna de los promotores de la manifestación de, como ellos mismos decían, "no caer en provocaciones". Pero a la esquina de la Riera con Sant Josep se han vivido nuevos enfrentamientos verbales entre ambos bandos, de nuevo sin que se llegara a incidentes mayores.

Mientras tanto la concentración antifascista se ha mantenido a tocar del Ayuntamiento. Los Mozos han echado todos los periodistas, y la Riera se ha mantenido tajada hasta más allá de las 7 de la tarde. La concentración del CDR se ha acabado convirtiendo en una manifestación, con centenares de personas bajando hasta la avenida Maresme y la estación, con el grito de "No queremos fascistas ni en Mataró, ni en el Maresme, ni en ninguna parte". A las ocho y media del anochecer se ha acabado desconvocando, de nuevo bajo un fuerte seguimiento policial.
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