Local de la antigua librería Robafaves. Foto: Archivo
Local de la antigua librería Robafaves. Foto: Archivo

Redacció

El local de Robafaves ya tiene quién lo ocupe, seis años después

El Instituto Oftalmològic de Cataluña, un centro privado, traslada su sede a la calle Nueva, donde hasta el 2013 había la emblemática librería

El mes de enero de 2013, la librería Robafaves colgó, a la fachada de su local de la calle Nueva, un cartel donde seleía 'cerrado provisionalmente'. Sus gestores, entonces un total de siete socios de una cooperativa que traían bastante meses sin cobrar, contaban que sería tan sólo por unos meses, mientras buscaban fórmulas para la viabilidad de la librería. Pero Robafaves, todo un emblema del comercio y la cultura de la ciudad e incluso del país, nunca volvió a reabrir puertas, ni a la calle Nueva ni en ninguna parte. Y durante estos más de seis años y medio, el local, al corazón comercial de la ciudad, ha permanecido vacío.

A partir del 16 de septiembre, pero, la planta baja de la calle Nueva, número 9, volverá a levantar la persiana. Lo hará de la mano del Instituto Oftalmològic de Cataluña, un centro privado especializado en la atención de los problemas vinculados a la salud ocular. El IOC ya tenía suyo en Mataró, en concreto en la calle Argentona, y también se encuentra en Barcelona, El Prat de Llobregat y Santa Perpetua de la Mogoda. Ahora deja la calle Argentona para trasladarse bien cerca, a un local que para muchos mataronins resultará muy familiar.

La pérdida de Robafaves supuso un golpe para la cultura mataronina. Varias operaciones comerciales e inmobiliarias vinculadas a la expansión del negocio y a las alianzas para abrir establecimientos como Actúa a Can Xammar no van reeixir y bando dejar el negocio en una situación irresoluble. Sus socios pusieron en marcha varias iniciativas para intentar evitar el cierre, entre ellas pedir colaboración ciudadana, pero las campañas no surgieron efecto. El cierre de Robafaves, junto a la desaparición otros establecimientos históricos del casco antiguo y, en tiempos más recientes, de algunas de las principales marcas y franquicias, puso la ciudad en alerta por la degradación que estaba sufriendo el comercio al centro.

Varios exsocis de la cooperativa están hoy al frente de otra librería de la ciudad, Buque de Libros, que recientemente se ha trasladado a la calle Sant Josep. Por su parte, Dòria Libros llegó a la ciudad en paralelo al cierre de Robafaves y hoy ya está plenamente consolidada como librería y espacio cultural mataroní. Establimentscom estos han ayudado a llenar un vacío que, en el momento de la desaparición de Robafaves, se intuía demasiado grande para la ciudad.

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