El PP y el debate sobre la inmigración

El PP de Mataró se quedó solo defendiendo, en el pleno del mes de mayo, la moción con que pretendían que el Ayuntamiento denunciara los inmigrantes sin papeles empadronados a la ciudad. Los populares reivindicaron el derecho en portal al pleno los temas que preocupan los ciudadanos y a no evitar el debate sobre cuestiones que pueden parecer incómodos. Pero las razones esgrimidas para justificar esta propuesta en concreto, fuerza ambiguas y que se sintetizan con un genérico "hacer cumplir la ley", no convencieron nadie. El clamor en contra de la moción fue unánime y no faltaron las acusaciones de electoralismo y de ataque a la convivencia. El resto de grupos también recriminaron al PP que trajera el debate al pleno en ninguna parte de enmarcarlo en el Pacto para la nueva Ciudadanía, un acuerdo aprobado por unanimidad – también por el PP- y que definía los espacios para abordar este tema evitando su politización interesada. No se puede rechazar el debate, complejo y difícil, sobre el fenómeno de la inmigración y sus efectos. Mataró no lo ha rehuido y, por eso, se pudo dotar en su momento de un Pacto que ha estado en lo referente a Cataluña. No es de recibo, por lo tanto, es que los intereses partidistas acaben sacando el debate de forma oportunista y la antorcha a la mano, porque una actitud irresponsable puede tener graves consecuencias en la convivencia y la cohesión social en la ciudad. A nadie se le escapa que detrás la moción del PP local hay unas directrices de la dirección nacional. No falta a nivel interno quién admite la incomodidad de la moción. Una crisis interna cerrada en falso impide al PP local actuar con la libertad de que tendrían que hacer gala todas las formaciones políticas. Una situación lamentable que tendría que hacer reflexionar tanto los populares como el resto de grupos y que tendría que servir de ejemplo de mal funcionamiento democrático.

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