Joaquim Arenas

El privilegio pontificio de la Misa de las Santas

La ejecución a toda orquesta de la Misa de las Santas, cuarenta músicos, el día 27 de julio de cada año, bien merece ser calificada del momento emblemático y único de la Fiesta Mayor de Mataró. La misa que, cantada por el pueblo, que pacientemente ha ensayado las partituras, tiene una primera característica y es que la el corazón coral que la hace realidad es abstracción de la sociedad mataronina.

La Misa en cuestión fue compuesta por Mn. Manuel Blanch, músico eminente, pianista y compositor, chantre y maestro de capilla de Santa Maria que había sido discípulo del famoso, músico ciego Jaume Isern. Este mataroní ilustre además de virtuoso de la música,fue un gran pedagogo en relación al aprendizaje musical para personas ciegas y participó de manera muy activa en la promoción de las enseñanzas musicales a la ciudad. Mn. Blanco compuso, pues, una Misa de Gloria para cuarteto, solista, corazón y orquesta a estrenar el día de su Misa Nueva. Después de perfeccionarla, es al año 1848 que se canta por primera vez con el nombre de Misa de las Santas. Salvo los tiempos no propicios para las manifestaciones religiosas, la Misa ha sido, año tras año, el acto central de la Fiesta Mayor de Mataró por las características ya anunciadas.

El año 1903 accedió en la sede pontificia el cardenal Sarto, hasta entonces arzobispo y cardenal de Venecia. A su diócesis ya se había distinguido mucho a favorecer en la dignificación del culto, especialmente en el aspecto musical, de tal manera que el mismo año 1903, el mes de noviembre, promulgó un extenso documento llamado motu pròpio con el título Tra sollicitudin en el cual declaraba que el canto gragorià era el propio de la Iglesia. Por lo tanto había que ir suprimiendo otras formas de musicalidad vigentes en los templos que hacían de los fieles más auditores que participantes en las ceremonias litúrgicas.

Se creaba, pues, para la continuidad de la ejecución anual de la Misa de las Santas, una situación difícil, puesto que su composición contradecía el que lo motu propio de Pius X ordenaba.

Es cuatro años más tarde, cuando llega el privilegio pontificio, a pesar de que la Misa no dejar de ser cantada ningún año anterior, todo y las nuevas disposiciones papales. Fue el día 8 de mayo de 1907 que lo papa Pius X en audiencia al padre Josep Recoder, sacerdote de Misión, hijo de Mataró y residente a Roma, concedió el privilegio de poder cantarse cada año , en la festitvitat de las Santas y a la parroquia de Santa Maria, la misa de gloria compuesta por el mataroní Mn. Blanco. El cardenal Casañas, obispo de Barcelona, que acompañaba el padre Recoder en esta significada visita, dio testigo de aquella concesión de privilegio puesto que, como cardenal, tenía firma notarial de la curia romana. Existe, pues, de una manera material el famoso privilegio, que se guarda al Archivo Museo de Santa Maria de Mataró. Sin amabilidad y atención de sus curadors no me hubiera podido disponerde la información que contiene este párrafo.

Existe una excepción en el cumplimiento de estos privilegio. Y es que debido a la elección del padre Tomàs Viñas, mataroní y escolapio, Propósito General de las Escuelas Pías y que era también un sapientíssim e ilustre llatinista y científico polifacético, la ciudad de Mataró quiso celebrar su nombramiento, el día 26 de octubre de 1912, con el canto de la Misa de las Santas.

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