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V. B.

El resurgimiento de la tradición mataronina

La recuperación de la histórica Congregación de Dolors marca la celebración de la Semana Santa, que destaca por la diversidad de raíces culturales

La Semana Santa es una festividad religiosa que vive de la tradición. Pero esta no es tan monolítica ni inamovible como podría pensarse. Cuál es la tradición mataronina en el ámbito de las procesiones, la manifestación pública más evidente de esta fiesta? Se remonta en los siglos y ciertamente está muy arraigada en la ciudad. Pero la imagen actual de la Semana Santa de la ciudad, la que conocen la mayoría de mataronins y la que parece que no haya cambiado en las últimas décadas, tiene unos fundamentos marcadamente andaluces. Fue la emigración procedente del sur de España la que recuperó las procesiones a la ciudad, después de años de ostracismo. Las congregaciones y cofradías surgidas en barrios como Cerdanyola o La Llàntia, formados mayoritariamente por inmigrantes andaluces, murcianos y extremeños, volvieron a sacar sus imágenes y misterios a la calle, con unos cortejos marcadamente dramáticos, con bandas de música, chicotás, saetes y mucho rebombori, sin nada que ver con el carácter sobrio, austero y silencioso que mandaba la tradición más propia de Mataró y de Cataluña.

La historia de la Semana Santa a la capital del Maresme se puede reseguir a través de la congregación de Dolors, una orden de sirvientes de Maria fundada el 18 de diciembre de 1693. Propietaria de la Capilla de Dolors, durante siglos organizó la procesión de Jueves Santo. A finales del siglo XIX desfalleció, y después de la Guerra civil prácticamente desapareció. El mismo pasó con el resto de cofradías de la ciudad y sus procesiones. En los años posteriores a la guerra, y con la proclamación del Concilio Vaticano II, las procesiones desaparecen como manifestación religiosa. No es hasta los años 80 que los nuevos movimientos de raíz andaluza, y también miembros de antiguas cofradías catalanas, vuelven a sacar las procesiones a la calle. Aparecen entidades como Ntro. Padre Jesús Nazareno y Ntra. Señora de Esperanza, la de Jesus Cautivo o el Hermandad Ntra. Sra. de Soledad. Las congregaciones más antiguas de la ciudad –Coronación de Espinas, Nuestro Señor del Huerto, Dolors y Jesús Cautivo, y Verònica-, también resurgen, pero la brújula de la festividad se desvía definitivamente hacia el sur. En los últimos tiempos, pero, se está viviendo un cierto cambio de tendencia, con una voluntad creciente de recuperar el espíritu más local de la fiesta. El mejor ejemplo es la recuperación de la propia Congregación de Dolors, un proceso que vivirá su punto culminando este Jueves Santo. La renacida entidad participará a la procesión Noche de Silencio con la imagen de la Virgen María de Dolors, una talla del siglo XVIII, la única que se conserva en Mataró anterior a la Guerra Civil.

"La procesión no se el objetivo, sino un complemento de la recuperación de la congregación", explica Xavier Alarcón. Historiador, miembro del Museo Archivo y feligrés de Santa Maria, Alarcón es el máximo responsable de este proceso. Con el apoyo del actual rector de la parroquia, Segimón Garcia, y de la cofradía de Dolors  y de Jesús Cautivo, inició los trámites para dar nueva vida a la congregación y sacar la imagen de Dolors en las calles. "No se trata de recupera algo que se hubiera perdido completamente, puesto que la congregación seguía viva y todavíaquedaba algún miembro, a pesar de que estaba muy tocada", explica Alarcón. El historiador destaca que con el resurgimiento de la congregación "volvemos a tener un elemento de gran potencial histórico, que puede ser un reclamo desde el punto de vista cultural, no sólo religioso". El que sí quiere dejar claro, sobre todo, es que esta recuperación quiere ser complementaria a la oferta actual. "Queremos rescatar nuestra propia historia, pero en ningún caso para enfrentarnos a nada, porque estaríamos tirando piedras contra nuestro propio tejado", asegura Alarcón.

La Procesión general
La Semana Santa de Mataró, considerada una de las más importantes de Cataluña, es sin duda la más variada y colorista del país. Cuenta con un programa de actos anchísimo, con más de 40 actas. Semuestran diferentes tipos de pasos, desde los propios del estilo andaluz hasta los catalanes. Además de procesionar por sus barrios, todas las cofradías y germandats se unen a la Procesión General de Viernes Santo. Es en este momento donde cada año la festividad religiosa muestra su carácter polifacético, mezclando las diferentes formas de realizar las procesiones. "Es tremendamente multitudinaria,participan unas 12000 personas", explica Jordi Merino, miembro de la Comisión de Semana Santa, que reúne todas las cofradías y congregaciones mataronines. "Sereúnen 11 misterios, cada uno con un estilo completamente diferente, y los Armados: este es el "modelo" de la Semana Santa mataronina, añade. 

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