Capgròs
Empieza un nuevo curso escolar, los niños y un gran número de jóvenes vuelven a los estudios. Hay diferentes maneras de enfocar este reto que supone estudiar, aprender y aprobar los examens; en definitiva trabajar para avanzar en la vida y conseguir herramientas personales de progreso.
Desde hace algún tiempo estamos asistiendo a un fenomem sorpresivo relacionado con todo esto ; se trata de un tipo de creencia en que las cosas se pueden obtener sin esfuerzo, acompañado del cuestionamiento de la orden a observar para lograr un objetivo y de la autoridad que sostiene este orden.
Por qué pasa esto?
En muchas familias los padres han abandonado el ejercicio de la autoridad y funcionando centrados en el niño, entonces este pasa a convertirse en un pequeño dictador. Estas familias no ofrecen al hijo los elementos de contención que necesita para poner límites a sus impulsos, los diques que el ser humano requiere por rutllar dentro de la organización social.
Cuando este niños salen de casa empiezan a tener dificultades puesto que no pueden adaptarse a las exigencias del entorno y de la convivencia con los otros. Pretenden imponer su voluntad y conseguir las cosas solamente con desearlo.
En la escuela, durante las primeras etapas de escolarización, muchos de ellos consiguen pasar los cursos y avanzar sostenidos por la protección de los maestros y porque el esfuerzo exigido todavía no es muy alto. Más adelante las cosas se complican por diferentes factores: - la exigencia es más alta, - el niño entra en la pubertad y la adolescencia con todo el que supone, - empieza a entrever la vida adulta con las responsabilidades que comporta, etc. Si al niño no se lo ha formado adecuadamente ni se lo ha dotado de recursos para desenvolverse por sí mismo, más tarde o más bien sobrevendrá el fracaso. En muchas ocasiones este fracaso sucede en la universidad, momento en que se decide la dirección de la propia vida y se emprende la independencia de la familia.
Qué hay que hacer para evitarlo
Freud dijo que el niño funciona bajo el principio del placer, solamente quiere hacer el que le resulta agradable y es función de los padres conducirlo hacia el principio de realidad, enseñarle que tendrá que esforzarse y que a menudo hay un tiempo de espera para lograr las cosas dessitjades.
Algunos padres creen que estimar los hijos se darlos todo el que quieren y no prohibirlos nada. Es una concepción errónea ya qué los niños no venden en el mundo formados y educados, esta es una tarea que concierne a los padres y que no se puede delegar en ningún otro. Educar los hijos y hacer de ellos personas responsables es estimarlos y respetarlos, facilitando así la estabilidad de su futuro.
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