La buena gente de Convergència nos ha traído de excursión hoy en Vila-seca, en el Tarragonès, para hablar de turismo. Llegamos con tiempo en el Hotel Estival Park (pienso que este nombre promete) y los de la canallesca aprovechamos para dejar los trastos y tomar medidas. Comemos. A los postres en Joan Miquel Nadal (qué joya!) empieza a explicar su monólogo. El de este martes, francamente, creo que lo ha elaborado directamente para irse a participar al Club de la Comedia.
Dice que la primera vez que negoció con el presidente de Ryan Air porque la empresa se instal·lès al aeropuerto de Tarragona (que está en Reus) el hombre de negocios se presentó "con una camiseta del Barça". "Pero como este hombre tiene 68 aviones pensé: tonto no es!". El chiste debía de ser para hombres inteligentes pero yo creo que muchos (sobre todo los culés) entendimos la sutileza. En aquel punto no sabiem si enviar a la mierda al orador o a en Gaspart pero nos estimamos más seguir con la penitencia. La de ser culés y la de sentir en Nadal, que ejerció una vez más de maestro de ceremonias para daral candidato.
Artur Mas, de entrada, agradece el esfuerzo del sector turístico "para reforzar la identidad del país". Será del país del lado porque enseguida me viene a la cabeza la imagen del típico guiri paseando por las Ramblas con un sombrero mexicano y una camiseta con el toro de Osborne. Mas se guarda la traca por el final cuando advierte a los empresarios que si gobiernan los socialistas los impondrán el exotaxa. A la mesa del lado una mujer comenta: "Está claro! Nos pasará igual que en Mallorca con los alemanes pero con ingleses". Por instantes se me aparece el presidente de Ryan Air con la camiseta del Barça y un sombrero mexicano bañándose en un mar de cervezas.
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