M.Cuello

El 'Xurrero' de la Riera cierra por jubilación

Después de más de ochenta años vendiendo churros, patatas fritas y buñuelos la xurreria Tur bajará definitivamente la persiana el Lunes de Pascua

La popular xurreria Tur, situada a la esquina de la Riera con la calle Argentona, cerrará definitivamente después del Lunes de Pascua después de más de ochenta años de historia. Sus propietarios actuales, Carme Tur y Josep Piferrer, han decidido han decidido jubilarse y nadie de la familia quiere continuar con el negocio.

«Esta es un trabajo muy sacrificado porque empezamos a trabajar a las siete y media de la mañana y acabamos a las diez de la noche; esto, cada día de la semana excepto los miércoles», explica Carme Tur. Y añade: «No solamente se trata de subir la persiana; antes de abrir cada mañana hay que hacer la pasta de los churros y antes de cerrar se tiene que dejar todo en condiciones para reabrir el día siguiente».

El cierre contiene una dosis de tristeza, puesto que si hubieran encontrado alguna persona que hubiera querido aprender el oficio todavía mantendrían un tiempo más la xurreria abierta, puesto que el negocio es completamente rentable. «Ninguno de nuestros hijos quieren continuar este trabajo y hoy en día no encuentras jóvenes que quieran trabajar los fines de semana, aunque sea con un buen sueldo», comenta en Josep Piferrer. «Tampoco queríamos dejar el negocio a una persona que no hubiera continuado nuestra manera de hacer las cosas», añade la ama.

Las patatas fritas y los churros son las especialidades de Can Tur, más conocido popularmente como el «xurrero». Las patatas, que siempre han sido ligadas a la calidad, los han dado fama más allá de Mataró y han sido elogiadas por personas de reconocido nombre. En cuanto a los churros , igual que las patatas, también han atravesado fronteras. «Hay clientes de fuera de Mataró que nos han venido a buscar churros para traer en los Estados Unidos, Alemania, Holanda e Italia», explica Tur.

A unos días ver del cierre definitivo, el matrimonio ya tiene planeado cómo ocupará el tiempo que ganen con la jubilación, pero saben que añorarán especialmente el trato con la clientela: «Ahora tenemos clientes de aquellos de toda la vida, han sido generaciones de familias de Mataró que siempre han venido a comprar».

La xurreria actual, ubicada a la Riera, abrió en 1945 y desde entonces su imagen externa no ha cambiado mucho, pero sí la manera de trabajar. Carme todavía recuerda las incomodidades de los inicios: «Cuando cogieron el negocio todavía coïem las patatas y los churros con una cocina de carbón, después pasamos al gas y ahora a la electricidad; todos estos cambios nos han facilitado mucho el trabajo».

El cierre de la xurreria ha estado por una cuestión estrictamente personal, no tiene nada que ver con el proyecto de reformulación de las Galerías Laietana que tiene planteada la entidad financiera. La esquina donde ahora hay la xurreria bien pronto será ocupada por otro establecimiento. Eso sí, el bar del lado de la xurreria, regentado por el hijo de Carme Tur y Josep Piferrer, continuará manteniendo vinculado el nombre de los Tur al sector de la restauración un golpe lunes bajen la persiana.

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