Viernes nohubo suerte. Estaba previsto que en Maragall se paseara por la plaza Penedès, de Vilafranca, para mezclarse con los ciudadanos y repartir sonrisas. Pero con la lluvia, el viento y el frío que hacía, se encontró solo como un búho. Nadie a quién estrechar la mano. Qué decepción. Sólo lo acompañaban una treintena de periodistas, técnicos y colaboradores. Está claro que estos no cuentan. Por suerte, ayer la apuesta era segura: la Feria de Muestras de Girona.
Aquí sí. A los estands, a los pasillos: "En Pasqual!", "Como vamos?", un apretón de manos, dos besos, un abrazo, fotos con criaturas, con minusválidos... Está claro que sí: en Pasqual es un ciudadano normal, próximo, planer. Incluso se equivoca, como todo el mundo. En medio de una intervención ante los periodistas, se queda en blanco. Ha perdido la xuleta de las propuestas sobre las personas con minusvalía. "Quién se ha quedado el papel?", pregunta como si nada.
Al suyo cercando, se producen comentarios curiosos. Como esta breve conversación entre un voluntario de la Cruz Roja y en Joaquim Nadal:
- Gracias por el trabajo hecho.
- Nos votarás?
- No soy de tu partido.
Glups. O esta explicación de un padre al hijo:
- Este señor es en Maragall. Es como el jefe del PSOE, pero en Cataluña.
Y si todavía faltaba una prueba de humanidad, al pabellón La Plana, de Badalona, llegó la muestra definitiva. Llevado por el entusiasmo, en Pasqual no se pudo estar de subir al escenario para cantar con su amigo Javier Gurruchaga. El dúo de Ajo you need is love fue impagable. A menudo los gestos venden tanto o más que las palabras.
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