El recorrido vital de Josep Peiró fue estrechamente ligado a la vida de su padre. Trabajó, para empezar, en las Cristalerías de Mataró, que dirigía el popular anarcosindicalista. El día que, perdida la guerra, Joan Peiró decidió marchar de Mataró, Josep Peiró era quien conducía el coche con el cual marcharon hacia Francia, donde entraron el 5 de febrero. Josep Peiró había participado a la Guerra Civil como voluntario a la Brigada Ascaso al frente de Aragón.

Un año después, cuando los ejércitos alemanes avanzan hacia París -donde viven padre e hijo- Peiró huyen hacia el sur del país. Entonces es cuando su padre es descubierto y entregado a la Gestapo, que finalmente lo pondrá en manso de la policía franquista. Josep Peiró, pero, continuaría en Francia, donde participó a la Resistencia en diferentes misiones.

Profesionalmente Josep Peiró trabajó más de quince años a las cristalerías de Coubevoie. Después pasó a una empresa de ascensores y al Ministerio de Exteriores francés hasta la jubilación.

Durante todo el exilio militó sin interrupción a la CNT. Fue secretario del Comité Peninsular de las Juventudes Libertarias, cuando el Comité Nacional estaba en París, y secretario general de la Federación Local de la CNT de la capital francesa. A nivel humano estaba casado con Olga Rodríguez, de una familia de cenetistes asturianos.

Como “residente ausente” figuraba en el censo electoral de Mataró. En todas las elecciones había apoyado a las candidaturas del PSC, en alguna ocasión incluso firmando una lista de apoyo.