Èric Bertran, el chico de 14 años que fue acusado de amenaza terrorista por haber enviado emails exigiendo el etiquetado en catalán, fue ayer al Robafaves para presentar el libro que narra su historia, Èric y el ejército del Fénix. En este acto, incluido en el programa del Correllengua'06, el joven manifestó que esta obra intenta exponer una verdad oculta, en referencia a la persecución que sufren aquellos que defienden la lengua catalana.
También destacó que el libro se ha hecho por dos necesidades. Por un lado explicar los hechos concretos, verificando o no aquello que dijeron los medios: Si esta historia tiene un final feliz se gracias a los miles de personas que me apoyaron -recibí 15.000 correos electrónicos-, por lo tanto, como gratitud había que explicar aquello que realmente pasó, dijo Bertran. Y en segundo lugar, como remedio a la impotencia, asegura este adolescente que sufrió problemas de angustia por el hecho de no poder explicar nada cuando todo el mundo hablaba de él.
Por lo tanto, ante un público mayoritariamente joven, Èric ayer también aprovechó para explicar en forma de denuncia otro golpe su historia. «Un noche cualquiera una tropa de policías vinieron a casa, cortaron la calle y la rodearon, y la registraron; bien es verdad que todavía no sé qué buscaban, quizás armas de destrucción masiva, ironizó Bertran. La frase de uno de los policías, según el joven, fue significativa: Tiene una bandera catalana, ya lo tenemos. Se llevaron los ordenadores, lo acusaron de amenaza terrorista y fue citado a declarar a la Audiencia Nacional. Allá aguantó cuatro horas de declaración: No parábamos de decirme: Confiesa que eras español o te encierro, pero yo no me quise bajar los pantalones, explicó. Finalmente, gracias a la presión popular y por carencia de fundamentación, fue déjate en libertad.

Un momento de la presentación del libro.
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