Arenas

Joaquim Arenas

Pedagogo

Escuela, pesebre viviente y aniversario

La plaza respiraba ambiente de fiesta. Atestada. Y en el entorno de la iglesia y de la vicaría nocarecíagente. Eran los padres del alumnos y familiares de la Escuela Sant Feliu los cuales iban visitando, escena por escena, el pesebre viviente interpretado por sus hijos. Protagonistas, los alumnos. Frecuencia cada año un solo día. Hacía tilín sentir los villancicos apropiados a cada escena. Antes, un concierto de canciones de Navidad en el templo de un gótico sencillo pero de gran dignidad y buena resonancia.

Este año se esqueia los cincuenta-quinto aniversario de la fundación de la escuela. El primer día, ahora hace tantos años, eran trece alumnos. Actualmente setecientos... Justo el día antes, en Joan, alumno sido, me telefoneó. Tendría que venir, dijo. La escuela hace 55 años! Nos gustaría mucho que lo hiciera.

Quién, ahora y aquí hace este escrito, había publicado un artículo el mes pasado lamentando que quizáshabía escuelas que no ensayaban ningún villancico nicantaban ninguno como un acto de laïcitat mal entendido, a parecer mío. No se puede renunciar a una tradición. Tan preciada y rica en léxico, en filosofía y en leyenda... en religiosidad, decían mis letras. Ve por dónde, alguien lo leyó y de aquí la invitación. Fue el Emi, actual maestra y niño cuando la conocí.

Tengo que confesar que en Cabrera de Marpasé ocho años siendo maestro poco a poco. Mn. Canalias fundó la escuela y me invitó a poner en marcha con él el proyecto. Sí, una escuela parroquial. Trece alumnos, el primer día, ya lo he dicho. Setecientos hoy. Actualmente un centro escolar pleno de vida, de ganas y de aliento que se patentiza en el rostro de los maestros, de los padres y de los alumnos. Y también, si me lo permitís, en la mirada de los ciudadanos en un gesto de complicidad.

Acabada la tarde, volviendo hacia casa, acompañado de en Francesc José antiguo alumno, sentí, no lo puedo esconder, una gran satisfacción de ver cómo es viva en la comunidad educativa de la escuela Sant Feliu, la voluntad, el aliento y la alegría de hacer realidad una escuela catalana en lengua y contenidos al servicio del país.

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