Un esplai mataroní, abocado a empezar el curso en la calle

La semana que viene ya será octubre y, por lo tanto, empezará el curso de actividad semanal para todas las entidades de ocio de Mataró. Para dos de ellas, sin embargo, no será un inicio como en otros años. El Esplai Olla de Grills y el Agrupament Escolta Antoni Comas ya no disponen de su local histórico perteneciente a la parroquia de Sant Josep. Este local, con acceso desde la calle de en Molas, tenía dependencias propias y un patio, pero ahora no está disponible por razones de seguridad y, por lo tanto, no puede acoger a los cientos de chicos y chicas que mueven ambas entidades. Antoni Comas ya ha encontrado una solución provisional, pero Olla de Grills no. Y aunque el Ayuntamiento asegura que trabaja contrarreloj para encontrar una alternativa, parece que tendrán que empezar el curso en la calle cada sábado, sin techo ni paredes.

Ambas entidades fueron informadas ya en junio por la parroquia de que el edificio que ocupaban debía cerrarse por no cumplir con la normativa. El 31 de agosto debía quedar cerrado y vacío. La mala noticia fue recibida como un gran contratiempo, como era de esperar. "Llevamos 30 años en este local y somos conocedores de su estado, puesto que siempre ha sido el mismo, y hasta el momento no había habido nunca ningún problema. Aun así, si este año han decidido echarnos sin antelación ni ofrecernos otra opción, no creemos que estas sean las maneras. Lo han hecho ahora, cuando les ha interesado, haciéndolo coincidir con las obras de su local. Nos han quitado todos los recursos de los que disponíamos", dice el equipo de monitores y monitoras de Olla de Grills.

Ya en el casal de verano, con 140 niños, tuvieron que desalojar el local. Pudieron recolocarse en el casal Jaume Terradas, pero esta no era una opción válida para el resto del curso. Desde principios de verano, han trasladado la situación al Ayuntamiento, pero de momento sin solución a la vista. "Hemos hecho las inscripciones, que están yendo muy bien, y lo tenemos que agradecer a las familias, explicando que probablemente tendremos que empezar en la calle", explican.

Olla de Grills no se resigna a su suerte y tiene previsto acudir al Pleno Municipal para hacer patente su situación. El equipo de monitores explica que "queremos mantener nuestra educación en el ocio y queremos seguir donde sea, pero necesitamos un espacio a largo plazo, en la misma zona. Sentíamos el local como nuestro, estábamos muy bien. Cumplía muchas de nuestras necesidades y creemos que han usado la normativa para cerrarlo a su conveniencia", aseguran.

El Ayuntamiento confía al encontrar una alternativa

El Ayuntamiento de Mataró es plenamente consciente de la situación y confía en encontrar un emplazamiento alternativo para Olla de Grills y evitar que el esplai tenga que empezar en las calles y plazas. Marta Moya, concejala de Juventud, explica que "trabajamos para encontrar un espacio cuyo uso se pueda ceder, buscando la mejor alternativa según los requisitos del esplai, que no quiere salir del Centro y el Eixample por compromiso con las familias".

Moya comenta que "lo que se pide son unos horarios concretos" y confía en que "muy pronto" se podrá resolver la situación. "Estamos pendientes de una entidad por si se puede hacer uso de un local. La idea es buscar la solución lo antes posible, debe ser cuestión de una o pocas semanas".

El local de la UEC acogerá Antoni Comas

Desde el AE Antoni Comas, el proceso de abandonar el local de la calle de en Molas se ha vivido de manera similar. "Primero nos dijeron que sería algo a medio plazo, pero después todo se precipitó", explican. La entidad ha encontrado una solución temporal en el local de la Unió Excursionista de Catalunya. "Es una solución temporal y no definitiva: debemos encontrar otro lugar donde establecernos", explican. En su caso, han trasladado al Ayuntamiento en dos reuniones la necesidad de disponer de espacio para materiales y salas para los diferentes grupos del agrupamiento, que cuenta con más de un centenar de jóvenes en total.

Desde el AE Antoni Comas lamentan que "últimamente, en Cataluña, todas las entidades de ocio que están en locales parroquiales nos estamos encontrando con que las condiciones empeoran o, como en este caso, que nos quedamos sin espacio".

Por Sant Josep, el cierre era obligado por seguridad

El rector de la parroquia de Sant Josep de Mataró, Jaime Moyà, ha explicado que el cierre del local parroquial donde se reunían las entidades de ocio fue motivado por razones de seguridad. "Lo que queremos es que haya seguridad, por razones obvias", destacó, insistiendo en que un informe técnico de los arquitectos del Arzobispado puso de manifiesto múltiples deficiencias estructurales en el edificio de la calle de en Molas. Según Moyà, la instalación eléctrica no cumple con las normativas vigentes, el edificio no tiene protección contra incendios y, además, hay graves deficiencias de accesibilidad, como la ausencia de ascensor. "Nos dijeron que este edificio tenía muchas cosas que no estaban bien, y si no es seguro, estamos obligados a evitar incidentes y accidentes", afirmó.

Además de la seguridad, Moyà subrayó el alto coste de las obras necesarias para poner al día el local, que incluirían la renovación de las fachadas, la instalación de puertas contra incendios, la adaptación de baños y la mejora de las vigas, cubierta y pavimentos. "Haría falta una reforma muy importante, con un coste altísimo que ni la parroquia ni el obispado pueden asumir", explicó el rector, añadiendo que están en conversaciones con el Ayuntamiento para buscar una solución para las entidades que utilizaban este espacio. "En ningún caso hemos querido crear un problema con las entidades que trabajaban aquí, pero no tenemos otra opción", concluyó.