La Feria, el Parque Central y algo más...

Ha sido un placer, en estos días del mes de junio, poder pasear por la FeriaFeria de Mataró situada en el Parc Central. La Feria está prácticamente en el centro de la ciudad y es un muy buen punto de encuentro entre los barrios periféricos del siglo XX y el Ensanche del XIX. Hace ya unos años, Manuel Ribas Piera, catedrático de Urbanismo en la Escuela de Arquitectura de Barcelona —y entonces Director de la Comisión Provincial de Urbanismo—, nos posibilitó a Manel de Torres y a mí redactar el Plan General de Urbanismo de Mataró PLAMAT/71. Desgraciadamente, nuestro amigo y catedrático Manel de Torres Capell nos dejó hace pocos días, pero su rigor y firmeza posibilitaron notables avances dentro de la ciudad. Me gustó trabajar con él. Hacía pocos años que habíamos terminado la carrera de arquitectura y nos gustó hacer ese trabajo.

El PLAMAT/71 no gustó a los políticos de la época, pero conseguimos, entre otras cosas, algunos hitos importantes: 1) recuperar el Parc Central proyectado por Emili Cabanyes y Melcior de Palau en su Plan de Ensanche de 1878, desde el Parque antiguo hasta el torrente de Can Boada 2) parar la construcción del puerto junto al Club Náutico, 3) suprimir áticos y sobreáticos 4) recuperar la profundidad edificable en función de los patios de manzana y no en función del solar.

Fueron años difíciles, ya que entre otras cosas el entonces Alcalde Pedro Crespo Gil, había dicho que quería convertir todo el espacio del actual Parque en “el Manhattan de Mataró”, y en este sentido, el “bloque de los millonarios”, que está junto a la Policía Municipal, es un ejemplo de lo que hubiera sido ese espacio, todo lleno de bloques de punta a punta. Manel y yo explicábamos que una ciudad como Mataró no podía tirar adelante solo con la Plaza Fivaller y la Plaza de las Teresas. Proyectando la imagen de todo el ancho del Parque —desde el parque antiguo hasta el torrente de Can Boada—, poníamos de manifiesto la importancia y necesidad de este espacio público. Dibujar las ideas da buenos resultados, y así fue. Paramos el "Manhattan de Mataró", y hoy ese espacio es un punto de unión y encuentro situado en medio de la ciudad, que permite actuaciones de todo tipo que enriquecen el nivel cultural de Mataró.

Los restos prehistóricos y tardo romanos de Ca la Madrona, situados junto al barrio de Rocafonda, también son de una extensión considerable. Da gusto ver todo ese espacio con esta riqueza arqueológica. He querido comparar estos dos espacios porque son de capital importancia. El Parc Central une la ciudad y los restos de Ca la Madrona nos unen con toda nuestra historia.

Hay muchos más ejemplos de ciudades que recuperan su pasado histórico. Lo podemos ver en Canovelles, en la escuela Els Quatre Vents, donde han sabido conservar e incorporar los restos arqueológicos de un poblado neolítico donde pueden verse restos de cabañas, estructuras de combustión y enterramientos, constituyendo una herramienta pedagógica para la escuela. Otro ejemplo lo tenemos en Sant Cugat, en Can Cabassa, donde han proyectado la consolidación, restauración y museización de los restos de aquella villa romana. Hay muchos más municipios que también cuidan su historia, como Premià de Mar que museiza los restos romanos de Can Farrerons, pero lamentablemente, Mataró no lo hace.

En un último Consejo de Patrimonio Arquitectónico, se acordó pasar el Yacimiento de Ca la Madrona de Área de Expectativa Arqueológica a Bien Cultural de Interés Local BCIL (22/11/22). | Lo mismo ocurrió en un Pleno Municipal donde se acordó lo mismo (2/11/23). Pero ambos acuerdos han ido a parar al cajón.

Todas las entidades culturales de Mataró también han estado a favor de pasar el yacimiento de Ca la Madrona de Área de Expectativa Arqueológica a Bien Cultural de Interés Local BCIL, y cuesta entender cómo ex alcaldes y otros compañeros de partido no le han hecho ver al alcalde David Bote que si esta destrucción continúa será una de las más graves contra el patrimonio arqueológico y cultural de una ciudad, y así lo recogerán los libros de historia.

También cuesta entender cómo el Consejo Comarcal y la Consejería de Cultura no han parado esta gran destrucción cultural que está llevando a cabo el Ayuntamiento de Mataró en el yacimiento de Ca la Madrona.

Ciertamente, todas las entidades culturales de la ciudad lucharon con fuerza durante la Dictadura Franquista para mantener el Patrimonio Cultural de la Ciudad, y cuesta creer cómo hoy, en el año 2025, en plena democracia, se produzca la destrucción de una considerable extensión de restos prehistóricos y tardo romanos, para la construcción de un Edificio de la Economía Circular, que perfectamente podría ubicarse en otro municipio de la Comarca o adaptarse para dar cobertura a los restos, como así lo han hecho muchos otros municipios de todo el mundo.

Ninguna Escuela de Arqueología aprobaría a un estudiante que quisiera desplazar los restos a otro lugar como se está haciendo hoy en Ca la Madrona. ¿Qué hemos hecho con nuestros valores culturales?