10 años han tenido que pasar porque Final Fantasy XV vea la luz. Uno de los desarrollos más tortuosos de Square Enix acabó el pasado martes, día 29, con la salida a la venta del juego para Playstation 4 y Xbox One. Por el camino, cambios de dirección y replanteamientos de diseño casi integrales. Inicialmente, la compañía tenía previsto lanzar Versus XIII, un espín-off de Final Fantasy XIII con ideas radicalmente diferentes a las de la saga principal. Pero el proyecto se enquistó, y cuando parecía que acabaría cancelado, al 2013 se anunció que Hajime Tabata (Crisis Core: FFVII) cogiera las riendas del proyecto Pocas cosas quedaron de la idea original en el que hoy se conoce como Final Fantasy XV, una entrega que rompe con todo aquello que hizo famosa a la franquicia.
El título nos pone en la piel de Noctis, un príncipe contemporáneo (el mundo de Lucius es muy 'realista', con coches, bares, talleres y una estética actual) que se tiene que ir a casar con Luna. Por el camino, pero, se anuncia la traición de un aliado del reino y la muerte del rey. A partir de aquí empieza una gran aventura que brilla por dos motivos: viajar en un mundo abierto pleno de actividades, misiones y trabajos para hacer -salvo las distancias, mucho al estilo GTA- y por otro, porque la acción se desarrolla en tiempo real. A diferencia de la serie tradicional, aquí no hay combates por turnos sino que todo funciona como un juego de acción con ataques cuerpo a cuerpo, bloqueos, contraataques, objetos y combinaciones con los amigos del protagonista. Se mantiene el sistema de mejora de personaje y aprendizaje de nuevas habilidades, pero se ha simplificado para hacerlo accesible a todo el mundo.
A pesar de la pérdida de la esencia Final Fantasy, el ritmo de juego, la cantidad de contenido que ofrece y el gran acabado audiovisual hacen que sea un juego potente y a la vegada recomendable por aquellos que no hayan probado nunca la saga.
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