Sàgar Malé

Fragmentos desde un país tranquilo?

A los artículos bajo el epígrafe "Túnez, postales desde un país tranquilo" son un viaje a mi memoria personal de los 90 y se primeros años del 2.000, cuando fui descubriendo un país ahogado por la dictadura de Ben Ali Túnez.

23/23
En 23 días de revuelta popular espontánea, han caído 23 años del gobierno de Ben Ali en Túnez. 23 años de mordaza, de control de todo, de un gobierno pensado por y por el presidente. Ha caído también el estilo de régimen autoritario que construyó su antecesor y padre de la Túnez moderna, Habib Bourguiba.

- Creo que ahora es el momento de hacer un viaje en Túnez, visitaros de nuevo. Ver con mis ojos todo el que ha pasado, esta revolución social que nunca hubiera esperado - le comento a un amigo tunisià.
- Bienvenido! Pero ven pronto, y con los ojos cerrados. No fuera caso que los abres y te des cuenta que sólo ha sido un sueño.

País tranquilo
... pero cuando fui a Túnez por primera vez, nada me advertía del que me encontraría. Túnez era el caramelo árabe de la industria turística y el socio mimat de los países europeos, que muy excepcionalmente criticaban al férreo gobierno absolutista y personalista de Ben Ali.

Túnez, el país árabe tranquilo, amable, de gente hospitalaria y abierta, nada fanática, de bonitas playas, desiertos y ruinas romanos ...

Una capa de silencio opressiu ahoga esta imagen de un país fácil y seguro, de gente abierta que facilita la estancia al visitante. Una capa fina y transparente, invisible, pero impenetrable.

Por todas partes unahabía vital necesidad de resurgir y de comunicarse. Por todas partes un silencio implosiu, auto-impuesto. Un silencio casi sin mordazas (siestaban no se veían, puesto que estaban en la prisión), un silencio de lenguas cortadas.

El ojo del estado
El primer síntoma visual de que algo raro pasaba con el presidente era su fotografía omnipresente en todas partes. Al aeropuerto, de entrada al país. En el cuadro de mando de los taxistas. A las grandes avenidas de la capital, a medida gigante. En los carretes con ruedas llenos de frutos secos y tabaco de las microbotigues por la calle.

Entré en un café Internet de la ciudad vieja de la capital y, aparte del obligatorio póster de Ben Ali, advertí quehabía muchas páginas web que no podía abrir. Al preguntarle al propietario del establecimiento si la red funcionaba mal me contestó, sencillamente, que en Túnez no se puede entrar en algunos sitios web. Un amigo que lo acompañaba me miró sonriente y me preguntó: sabes el que es Internet en Túnez? ... Internet es el ojo del estado. Sefue sin dar a pie a continuar la conversación, seguido de una discreta sonrisa de complicidad por parte del amo del local.

Silencio
Fui a tomar té de menta con piñones en un pequeño café de un pequeño pueblo rural, una simple agrupación de casas llamada duar. La gente tunisiana es de fácil comunicación, y los encanta conversar. Los pregunté por quéhabía retratos de Ben Ali, si era una obligación o era un acto espontáneo de la gente. En general la respuesta fue elusiva, ambigua, se sentían incómodos. Decían que nadie estaba obligado, que el presidente era muy votado, que lo votaba un 99% de la gente, pero no querían darle más vueltas al tema.

Cuando insistí sobre cómo era posible que alguien tuviera el 99% de los votos, que esto era literalmente imposible, despacharon el tema diciendo que yo vivía en un país rico y que en Europa es todo mucho más fácil. A continuación me preguntaron sobre fútbol, sobre el Barça. Tema del cual, además de no tener ni idea, no me interesa lo más mínimo.

Cuando muchos de ellos sefueron se acercó un joven y me advirtió: "Habla de fútbol, de turismo, del que quieras. Pero no insistas a hablar de política. Hay orejas por todas partes. Hay bocas por todas partes. Nos encantaría hablar pero nunca sabes qué oreja podría escucharnos y qué boca podría denunciarnos. "

(La versión castellana de este artículo se publicó a "El Inconformista Digital")

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