Hace ocho años, cuando estábamos inventariando el quehabía a la casa de en Jordi Arenas encontramos mucha correspondencia y también un dietario antiguo. El material recogido, sumado a la visión personal que dan las décadas de amistad con Arenas, conforman el libro Jordi Arenas. La sublimación del arte, que ha escrito Francesc Masriera, uno de los albaceas del legado del artista mataroní.
El libro tiene como hilo conductor el dietario que Arenas escribió durante buena parte de su vida. El artista empezó a escribir este dietario el julio de 1936, cuando tenía dieciséis años y faltaban pocos días porque empezara la Guerra Civil, y lo siguió regularmente hasta el 1962. A partir de entonces, lo retoma a épocas sin continuidad. Alguna vez mehabía hablado, de los dietarios, pero no le daba demasiada importancia. Son textos muy cotidianos, donde hace más referencia al día a día que no a las grandes reflexiones, recuerda Masriera.
Arenas fue un hombre polifacético: dibujando, pintor, escultor, arqueólogo, músico y pedagogo. Francesc Masriera lo conoció en 1958 y, con los años, formó parte del círculo de amigos del artista. El título del libro lo dice todo: por él, el arte era una cosa sublime y seabocaba. En el arte seescondía todo, cuidaba mucho las técnicas, era muy preciosista, quizás iba un poco en contra de la tendencia de la época. A nivel más personal, hay mucha gente que lo conoció y lo aprecia: lo demuestra que cuando se hace algún acto que hace referencia a en Jordi Arenas siempreva mucha gente.
Una generación escondida
Junto con su hermano Jaume, Jordi Arenas es una figura clave de la cultura mataronina de los años de la posguerra, un periodo de la historia local que centra buena parte de la obra. A través de la figura de en Jordi, el libro habla de un Mataró que no sehabla mucho, el de los años cuarenta y cincuenta, que parece que seha puesto un velo encima. Masriera recalca que durante aquellos años hubieron varios focos culturales que demuestran que Mataró no era una ciudad muerta, aunque aparentemente lo pudiera parecer por las circunstancias de la época: hubo gente muy entusiasta y gracias a ellos tenemos el que tenemos.
El libro también incorpora una relación de las principales exposiciones de Arenas en salas de arte e ilustraciones del artista, desde un aceite de 1935 cuando era alumno de las Escuelas Pías hasta el Apunte de Mujeres de Agua de 1998.

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Una asociación de amigos del centro de arte
El año 2006 ha sido lo de la inauguración de Can Arenas. En este sentido, Masriera alaba la actitud tanto de los políticos como de los técnicos municipales, que ha sido muy positiva y hemos hecho un equipo muy compacto. Con el objetivo de potenciar las actividades del centro de arte, el grupo de albaceas del legado de Arenas están trabajando para crear una Asociación de Amigos del Centro de Arte Arenas que sirva porque no nos dormimos y continuar trabajando como hasta ahora.
Retrato de Jordi Arenas
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