Esteve Martínez

Fumata negra

Desprendido de un año de negociaciones la fusión entre Cajasur y Unicaja ha fracasado. El Banco de España ha intervenido la "caja de los curas".

Las pérdidas de Cajasur subían a 596 mil·lions en 2009, y en el primer trimestre del año sumaban ya 114 mil·lions. Es decir, estaban a punto de la quiebra total.

El presidente de Cajasur, el cura Santiago Gómez Sierra defendió en el último consejo de administración la intervención del Banco de España en vez de la fusión con Unicaja. Su principal argumento: Gómez Sierra no serefiava del presidente de Unicaja, Braulio Medel. Curiosa excusa, viniendo de quien vendía. Es decir, de un Presidente que ha traído la caja a la ruina, frente un presidente que está al frente de una de las cajas más fuertes de Andalucía.

Pero si esta justificación resulta curiosa, el argumento expresado en público en más de una ocasión por el mismo Gómez Sierra en el sentido que un acuerdo con Unicaja era cómo si lo entregaran a los "rojos", nos deja poco menos que estabornits.

Así pues, desprendido de un convulso consejo de administración, nohubo fumata blanca y los seis sacerdotes, los cuatro representados de los impositores y el representante de un sindicato de empresa (que todavía proliferan en según qué cajas), decidieron que era mejor ser intervenidos por el Banco de España antes de que caer en manso de “el enemigo”. Fumata negra, pues, en esta fusión frustrada entre Unicaja y Cajasur.

La inconsciència con que todas las partes implicadas estando abordando la reestructuración del sector financiero nos hacen temer el peor en un futuro cercano.

En primer lugar, el gobernador del Banco de España es responsable para no poner orden al patio de casa suya cuando tocaba, (eso sí, no dejaba de dar consejos sobre la reforma del mercado laboral). El gobierno estatal, por supuesto, también tiene su responsabilidad en no poner hilo a la aguja tanto buen punto se dio cuenta que las cajas tienen un grave problema de liquidez. Y, por supuesto, algunos altos directivos de ciertas entidades que prefieren que el barco que pilotan se hunda antes de que ceder ni un palmo de su poder.

En Mataró también tenemos una caja que no acaba de encontrar pareja de baile, a pesar de que sabe que el tiempo se le agota y que cada vez quedan menos pubilles. Espero que no llegamos demasiado tarde, y, como en el caso de Cajasur, los intereses personales no se pongan por el ante los intereses de la Entidad.

Comentarios