La Semana Santa de Mataró ha terminado, prácticamente. Lo ha hecho con la llegada de la Pascua y el consiguiente trajín de monas arriba y abajo, pero antes, ayer sábado, aún se vivió un penúltimo acto en forma de Procesión, también de las arraigadas: la Procesión del Silencio.
Son los dos últimos misterios de la Procesión General del Viernes Santo y también, descontando la procesión infantil por insertarse ya en la Pascua, las dos últimas imágenes que pisan la calle en Mataró. Son el Sepulcro y la Soledad, y volvieron a ser protagonistas de la Procesión del Silencio por las calles de Cirera y Molins.
Esta procesión representa la última aparición de dos elementos icónicos de la Semana Santa mataronina: la Virgen de la Soledad y el Santo Sepulcro. Estos pasos, cargados de expresividad y simbolismo, cierran el ciclo de procesiones con un desfile marcado por el dolor contenido y la contemplación del misterio de la muerte de Cristo. La Soledad, con su expresión de sufrimiento sereno, y el Sepulcro, que muestra el cuerpo inerte de Jesús.
Aunque tradicionalmente se ha llamado “Sábado de Gloria”, la Iglesia prefiere hoy utilizar el término “Sábado Santo”, ya que refleja mejor el carácter de este día dentro del Triduo Pascual. El Sábado Santo es un día de silencio y espera, marcado por el duelo por la muerte de Cristo y la esperanza en su Resurrección. El término “Sábado de Gloria” se usaba antiguamente para referirse al momento de alegría que se iniciaba con la Vigilia Pascual, pero actualmente se considera más adecuado reservar la idea de gloria para el Domingo de Resurrección, cuando se celebra plenamente la victoria de Cristo sobre la muerte.
Estas son algunas de las imágenes que ha dejado la Procesión General 2025:
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