El día 5 de diciembre del año 1969 –hace 50 años– salió el primer número del semanario El Maresme, gracias a la Ley de Prensa que vendía a romper el monopolio que ejercía la prensa del Movimiento, y gracias –sobre todo– en el esfuerzo y a un compromiso de unas personas, a nivel particular o pertenecientes a partidos y sindicatos demócratas –todavía absolutamente clandestinos–, que abrieron la ventana a un periodismo libre y democrático (a pesar de las limitaciones y trabas) frente a una prensa absolutamente dominada por el franquismo. Un semanario de ámbito comarcal que fue también una escuela de nuevos periodistas que, a la vez, fueron corresponsales de la prensa barcelonesa, de agencias de información y de la radio. Una alentada de aire fresco se comenzaba ahora hace medio siglo que marcó un antes y uno después dentro de la prensa local y comarcal.
Para hacer posible el proyecto un grupo de una veintena de personas representativas de sectores progresistas y demócratas acudieron al Notario y firmaron un documento que serviría de base legal para hacer posible el ansia de libertad y de democracia que empapaba buena parte de la sociedad, sobre todo a partir del Mayo francés del 1968, a través de una publicación. La llamada Ley Fraga (1966) permitía comenzar la aventura. Una aventura llena de minas y de riesgos legales que, finalmente, acabarían –momentáneamente– con aquel intento tanto ilusionante.
Entonces en Mataróhabía un único periodista acreditado, en Joaquim Saltor y Castellsaguer, que se brindó a colaborar. Cómo que el ansia de libertad y de democracia era un clamor en todo la comarca se creó una red de colaboradores (muchos de los cuales acabarían profesionalizándose a la prensa escrita, a las agencias, o a la radio). El semanario El Maresme sería, como ya hemos avanzado, una verdadera cantera de periodistas. Los ciudadanos tenían a nivel municipal un portavoz que los informaba sin el triunfalismo, el cofoisme, y la complicidad de la prensa oficialista como estaba en casa nuestra el periódico Mataró adscrito en la red del Movimiento, la "voz de su amo" a nivel político y municipal.
Para saber el que realmente pasaba en Mataró –la capital de la comarca– o a otras poblaciones del Maresme había que tener entre las manos aquel modesto semanario hecho con el latido de quienes creían en la democracia y la información veraz y de proximidad.
Cómo hemos dicho la aventura no estuvo exenta de peligros. Los tentáculos del Movimiento bueno y la Ley Fraga jugaba sucio hasta que consiguió silenciar aquel foco que denunciaba las contradicciones del franquismo, la corrupción y pregonaba una democracia. Y cómo que tenían todos los resortes en sus manos consiguieron su cierre al número 40, antes de que cumpliera el primer año de vida (1970). Lejos de desanimarnos seguimos luchando por la vía legal. Mientras, hacíamos cursillos de redacción.
En el interregno los periodistas no estuvieron con los brazos cruzados y se infiltraron a corresponsalies de los diarios barceloneses (por la mañana y tarde), a emisoras de radio, a agencias de información.
Habría que esperar el 20-N de 1975, con la muerte del dictador Franco, porque se divisara la posibilidad –ahora en democracia– de hacer resucitar el semanario El Maresme dentro de un contexto en libertado cosa que se consiguió a finales del año 1977 cuando El Maresme volvía a estar a las librerías y quioscos. Se había ganado la partida. La prensa oficialista se reciclaría y desaparecía el Mataró y aparecía el Crónica de Mataró.
Con la democracia surgirían muchas publicaciones de ámbito comarcal, local o como portavoz de las entidades. Superadas las trabas dictatoriales ahora todo el mundo podía editar un boletín, un semanario, una revista, en plena libertad.
El Maresme de semanario se convirtió en diario comarcal hasta el año 1982 en que, ahora por razones estrictamente económicas, dejaba de salir.
Ahora que conmemoramos los 50 años de su nacimiento creo que es justo valorar el papel que jugó al romper el monopolio de la prensa oficialista y dar juego y ve al cabo de la calle democrático que anidaba a la sociedad. Además, como ya hemos avanzado, fue una cantera de periodistas, muchos de los cuales pudieron llegar, por fí!, en la Universidad que hasta entonces era terreno prohibido por las clases medianas.
El Maresme (1969-1982) visto con la perspectiva de medio siglo fue un ejemplo del esfuerzo y la voluntad de un grupo de ciudadanos demócratas que siendo súbditos lucharon para acontecer ciudadanos.
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