Judith Vives

Hacer creíble el increíble

El director Timur Bekmambetov (Guardianas de la noche) y Tim Burton ejerciendo de productor han unido sus talentos y el gusto por un cierto tipo de fantástico "tronat" en una propuesta de planteamiento imposible, 'Abraham Lincoln, cazador de vampiros'. El acierto de la propuesta radica, precisamente, en la capacidad que han tenido para hacer verosímil este planteamiento, que parte de la pluma de Seth Grahame-Smith, un autor especializado en mash-ups como este Lincoln cazavampirs o la versión zombie de 'Orgullo y prejuicio'. La clave de la credibilidad del film está en la combinación de seriosidad y distancia irónica, ensalada con potentes secuencias de matanzas de vampiros y batallas a golpes de hacha, que suman para hacer de esta película un refrescante entretenimiento de género.

 'Abraham Lincoln, cazador de vampiros' se enmarca en este tipo de cine 'vintage', que por un lado recrea con cierta fidelidad histórica una época, pero queincorpora elementos disonantes o contemporáneos con los cuales se crea una nueva estética fuera de cualquier referente. El film se aprovecha un poco también del aureola y la imagen de'Entrevista cono el vampiro', por temática y época, que convive con la tecnoestètica de las luchas de vampiros, marca de la casa del cine de Timur Bekmambetov. Su mirada en el cine fantástico de acción se suma en el mundo ingenuamente freak de Tim Burton, creando un producto que se ha querido potenciar más con el efecto 3D al cual no sacan ningún más partido sacado de los recursos habituales.

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