Josep Puig Pla

Josep Puig-Pla

Escritor

Homenaje y estreno de una sardana dedicada a Pep Ventura

El domingo vigilia de Nadal se estrenó la sardana "Pep Ventura, un símbolo" del compositor Jaume Cristau a la plaza de Santa Anna. El 2017 se ha escaigut el segundo Centenario del nacimiento del grande modernitzador de la sardana. Nacido el 1817 en Alcalá la Real (Jaén), destino de su padre, militar de profesión, finó en la ciudad de Figueres el 1875, donde vivió y triunfó.

La nueva sardana, interpretada por la copla Ciutat de Girona, que cuenta con el mataroní Joaquim Burjachs, fue muy acogida por la concurrencia de una mañana navideña y frío. La bailada se había iniciado con "Cantos del día" del mismo Pep Ventura, en la cual se reconocen algunas estrofas del Himno de Riego, por el hecho que el mundo sardanista ampurdanés era de tendencia republicana federal. La segunda fue "El estanque estrellat", una pieza de orfebrería musical, difícil de tocar y poco interpretada, compuesta por el admirado Honorado Vilamanyà. El resto del programa, muy elegido, y la organización, a cargo de la Agrupación Sardanista Santa Anna, que preside el eficaz Agustí Piera.

El día antes tuvo lugar un homenaje ante el busto del músico al Parque Central, en la zona donde convive con Millet, Clavé, Vilamanyà y Pau Casals. Organizado por el G. C. Pla de los Amats y de la mano del entusiasta sardanista Miquel Bruguera. La musicòloga Anna Costal, estudiosa de Pep Ventura, narró la trayectoria y la significación de este en la historia de la danza. Deshizo algunos de los mitos que erróneamente se le atribuyen, un golpe estudiado el personaje y la documentación depositada a la sede del Orfeón Catalán. Por cierto, que la entrada dedicada al músico a la Grande Enciclopèdia Catalana diría que necesita una revisión a la luz de las aportaciones de la experta gerundense. El homenaje en el Parque se cerró con la ofrenda de un corona ante el busto de la mano del alcalde de la ciudad David Boto, Miquel Bruguera y Agustí Piera.

Anna Costal explicó que la sardana en aquel tiempo sólo se bailaba en l'Empordà y la Selva, antes de extenderse más tarde hacia el sur. Y que en una sociedad, todavía muy dividida entre carlins (conservadores) y liberales (progresistas), los primeros bailaban el contrapàs y la sardana corta y los segundos, ya evolucionados al republicanismo, la sardana. Incluso se habían producido disturbios en algunas plazas a puñetazos y cuchilladas. En el contrapàs abrían el baile el heredero y la pubilla; con la sardana larga se democratiza el baile, y manda quién sabe contar y repartir.

Ventura, uno de los músicos más aplaudidos de su tiempo, dirigía la copla que llevaba su nombre. Intérprete de tenora y también grande clarinetista, tocaban en bailes de salón a los casinos y teatros, como el de la Ópera de Figueres (hoy suyo del Museo Dalí), en una época de gran popularidad de este género. Ventura, espabilado y con visión comercial, adaptaba partos de las óperas de moda a nuevas sardanas. Su orquesta era la más solicitada y, en consecuencia la más cara; no todas las sociedades y pueblos la podían contratar. Renovó la copla dándole la estructura que nos ha llegado hasta hoy y compuso más de 500 obras, sardanas largas, cortas y piezas corales. Un genio de su tiempo.

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