La imagen del Parque Central —el gran pulmón de Mataró desde 1943— y la del Parque Central Nuevo, inaugurado hace exactamente veinticinco años, está a punto de cambiar de forma sustancial. El Ayuntamiento ha adjudicado por 475.228 € la obra más significativa del programa Re‑Natura, el proyecto de 6 millones de euros cofinanciado con fondos NextGenerationEU que pretende renaturalizar rieras, patios escolares y espacios urbanos clave antes de 2026. El contrato —que ejecutará Construcciones y Servicios FAUS bajo la dirección del estudio MS Paisaje— abarca ambos parques y el tramo central de la avenida del Corregiment, pieza que los conecta y que hasta ahora funcionaba más como una frontera de asfalto que como un pasillo verde. “Celebramos los 25 años del Parque Nuevo con una operación que lo hace madurar: más sombra, más biodiversidad y mucha más capacidad para retener agua”, explica Elisabeth Ruiz, concejala de Equipamientos y Espacio Público. “Renatura no es un jardín nuevo; es la puesta al día de un parque concebido en el año 2000 con criterios urbanos muy duros. Ahora toca que sea un espacio resiliente ante el calor y la sequía”.
Parque Central Nuevo: de ‘campo de hierba’ al mosaico natural
Concebida en el 2000 como una gran pradera con caminos rectilíneos, la parte nueva recibirá la intervención más visible. Se crearán corredores de sombra en los ejes principales, con árboles dentro de las mismas áreas infantiles y en el parque de salud; los taludes perimetrales se plantarán con setos y arbustos para captar agua y evitar la erosión. Donde ahora hay césped, habrá franjas de pradera florida y jardines de lluvia que funcionarán como esponjas. También se instalarán drenajes franceses conectados al alcantarillado para evitar charcos.
“Hablamos de soluciones basadas en la naturaleza, no de inventos”, recuerda el concejal de verde urbano José Antonio Ricis. “Queremos que el Parque Central siga siendo el pulmón de Mataró pero con capacidad real para alimentar el acuífero y combatir plagas gracias a la diversidad”.
El porqué de la intervención
El diagnóstico municipal señala una red de arbolado envejecida, suelos compactados por la carga de eventos (Feria, Santes), déficit de sombra en las zonas de juego y un sistema de drenaje pensado para evacuar rápidamente el agua —no para retenerla. La estrategia gira en torno a tres ejes:
- Biodiversidad: Plantación de 190 árboles de 30 especies diferentes, 4.296 arbustivas y 1.200 m² de cubierta nueva.
- Refugio climático: 10.000 m² adicionales de sombra y reducción prevista de hasta 2 °C en el interior del parque en noches de ola de calor
- Agua y suelo: 344 m³ anuales captados con jardines de lluvia, cunetas verdes, franjas inundables y drenaje francés; sustitución progresiva de césped por pradera florida para reducir mantenimiento y consumo hídrico.
Calendario y afectaciones: el Parque no se cerrará
Las obras comenzarán este agosto y se alargarán hasta el 31 de diciembre. Los espacios de trabajo se cerrarán por fases de pocas semanas y la mayor parte de actuaciones de plantación gruesa se pospondrán hasta la llegada del frío para garantizar el enraizamiento.
“El calendario de plantación es el que es, y lo respetaremos para asegurar el mejor resultado”, apunta Ruiz. “Algunos trabajos clave no podrán ejecutarse hasta pasado el verano, pero el ciudadano notará cambios tan pronto como se hagan los parterres y las cunetas de drenaje”.
Un aniversario con mirada larga
Este verano hace un cuarto de siglo que los mataronenses estrenaron el Parque Central Nuevo. Aquel proyecto, fruto del Plan General de 1996, ya apostaba por un gran bulevar central y un parque más “paisajístico” que su predecesor. Ahora, el nuevo Plan de Infraestructura Verde quiere dar un paso más: cada nuevo árbol, cada metro cuadrado de vegetación y cada metro cúbico de agua retenida cuentan para alcanzar la meta municipal de 3 árboles por habitante, 30 % de superficie arbolada y 300 m² de espacio verde accesible por persona en 2030.[banner-AMP_5]
La remunicipalización verde incluye también la creación de bosques Miyawaki en rotondas, la renaturalización de parques de barrio (Llàntia, Cerdanyola, Catalunya, Occitània) y el tratamiento de rieras como Sant Simó o Argentona para mejorar la conectividad fluvial.
Durante este pasado julio se han programado talleres abiertos en el Casal de la Gent Gran del Parque Central para explicar el proyecto y recoger sugerencias. Los colectivos de deportistas, propietarios de perros y usuarios de los huertos urbanos también han sido invitados. La jornada de cierre, prevista para la primavera de 2026, servirá para presentar la evaluación de impacto: toneladas de CO₂ fijadas (64 en 30 años), porcentaje de reducción de consumos hídricos e indicadores de biodiversidad. “Re‑Natura es solo el inicio”, subraya Ruiz. “Nos marca el camino hacia una ciudad más pacificada, más renaturalizada y con más salud ecológica. Y eso lo tenemos que hacer con la gente: sin corresponsabilidad ciudadana no hay parque que aguante”.[banner-AMP_6]
El reto de los eucaliptos y el futuro de los chopos
Los eucaliptos del Corregiment, plantados hace décadas, presentan ahora problemas fitosanitarios y riesgo de derrumbe. Se conservarán cuatro ejemplares sanos como recuerdo y se repondrá el resto con especies más resistentes. Lo mismo ocurre con la chopera de Via Sèrgia: los ejemplares viejos se irán sustituyendo por ginkgos, tipuanaes y fresnos de flor piramidales.
Ricis defiende la diversificación: “La resiliencia pasa por especies variadas. Si una plaga ataca un árbol dominante, no puede derribar todo el parque. La pluralidad botánica es el mejor seguro de futuro”.[banner-AMP_7]
El 'Central Park' de Mataró
Pero nada de esto cambiará los usos habituales: el parque seguirá acogiendo ferias, perros, runners y familias. El objetivo es, precisamente, que cualquier usuario note más confort: caminos frescos en verano, menos charcos en otoño y más color todo el año. “El Parc Central siempre ha sido nuestro Central Park particular”, bromea Ruiz. “La diferencia es que, 25 años después, sabemos mucho más de sostenibilidad y de salud urbana. Toca poner ese conocimiento al servicio de la ciudad”.[banner-AMP_8]
A finales de 2025, cuando Re-Natura complete la primera ronda de proyectos, el Ayuntamiento espera tener un parque capaz de demostrar in situ las ventajas de gestionar el agua donde cae, plantar árboles donde hace falta y abrir la puerta a un mosaico de vida. “No inventamos nada”, concluye Ricis, “volvemos a dejar que la naturaleza entre en la ciudad. Y el Parc Central es el mejor lugar para empezar”.[banner-AMP_9]
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