Joan Salicrú

Joan Miró: 'Las murallas de Mataró podían haber llegado hasta bajo a mar'

El ingeniero desgranó varias curiosidades históricas sobre el desarrollo del alcantarillado en la presentación de un llbre de Jordi Buscó

Las murallas de Mataró podrían haber llegado hasta a la orilla del mar y no sólo hasta el actual Camino real, como finalmente fue. Esta es una de las curiosidades históricas que el ingeniero Joan Miró regaló a los asistentes viernes día 10 a la presentación del libro El crecimiento subterráneo de una ciudad, obra del ingeniero Jordi Buscó y editado por Aguas de Busot de Mataró SANO, que dejó pequeña la sala de actas de la empresa municipal.

Miró, buen amigo de Buscó, fue el responsable de pronunciar la conferencia Drenaje y alcantarillado en la configuración del Mataró moderno. En el momento en que hacía un repaso histórico a como la ciudad se había protegido de las aguas, el ingeniero explicó este episodio desconocido de la historia local, según dijo: “ hubo un intento de hacer murallas hasta bajo a mar, porque la ciudad tenía tanto de éxito que ya había saltado los límites de las murallas que se estaban construyendo. Las obras llegaron a ser planificadas, a pesar de que al final un cambio a la alcaldía las paralizó”.

Después de asegurar que el libro ha representado “años de esfuerzos”, Miró aseguró que el volumen se sirve del desarrollo de las cloacas de la ciudad para hablar del desarrollo urbano que Mataró ha experimentado durante el siglo XX: “La forma en que se han configurado las calles que traen hasta bajo a mar es debido de al curso que hacía el agua cuando llovía”, recordó. El conferenciante apuntó, por ejemplo, su teoría respecto al diferente tamany de las plazas de Santa Anna y de las Tereses: “Si la de Santa Anna es más grande es porque la cantidad de agua quepasaba era más grande y necesitaba más espacio para correr”, dijo.

Cuatro frases
Miró describió cuatro fases en cuanto a la gestión que ha hecho el Ayuntamiento de las aguas residuales. La primera la situó alrededor del 1570, cuando Mataró encara no disfrutaba del título de ciudad pero construía sus murallas y tenía un puerto que competía roce muy cerca con el de Barcelona. Según el ingeniero, las murallas no sólo servían, como es conocido, para defenderse del ataque de los piratas sino también para desviar el agua por el perímetro de la construcción. Así la Riera actual no existía como calle sino que era uno de los viales por los cuales bajaban las aguas cuando llovía, junto con el Rierot: “Es curioso que las rieras de Mataró están en una parte alta, de forma que es muy fácil desviarlas”, comentó.

Miró siguió con su explicación situando el segundo periodo histórico trescientos años después, el 1894. “Entonces fue cuando el Ayuntamiento vio necesario evacuar las redes residuales de una forma sistemática, en una época de grandes epidemias”, recordó el ingeniero, que se ayudaba de mapas proyectados a la pared. El conferenciante recordó que en aquellos momentos Josep Puig y Cadafalch era el arquitecto municipal y que organizar el alcantarillado de la ciudad siempre se ha dicho que había sido una de sus grandes contribuciones a la ciudad.

El tercer momento a que se refirió Miró fue ya el 1916, cuando se empezó a construir el llamado “Desvío” de la Riera de Cereza, inaugurado en 1924, cosa que supuso el final de las grandes trombas de agua al centro de la ciudad. La construcción del “Desvío” había sido reclamado desde 1802 por las autoridades locales y costó 318.000 pesetas de la época. Precisamente no fue hasta el 1973 que lo “Desvío” se cubrió, cuando Jordi Buscó era el ingeniero municipal. El conferenciante ofreció otra anécdota al asegurar que antes de la construcción del “Desvío”, se había llegado a aprobar y empezar la ejecución de un otra desvío por la Riera de Argentona, pero que el alto coste de la iniciativa había aconsejado paralizarla.

Finalmente, el último periodo histórico el conferenciante lo situó ya a la década de 1990 cuando, dentro del proyecto de la “Nueva ciudad” impulsado por el gobierno municipal, se adecúa toda la red de alcantarillado a los nuevos barrios que han ido creciente y a los que se construyen entonces, como la Vía Europa. Antes, el 1970, se había ajançat el desvío occidental (al Torrente de en Boada). El año 2000 se construyó el último desvío en la zona del Plan de en Boet.

Miró recordó que en Mataró, en todo el siglo XX, ha habido pocos muertos en trombas de agua y que, en todo caso no han sido culpa muy bien del agua. “El que si que ha habido son cinco desbordamientos por acumulación de arenas, porque se talaban árboles y esto hacía acumular arenas por las erosiones”, explicó.

Alcantarillado a punto El autor del libro, Jordi Buscó, había presentado anteriormente su trabajo apuntando, en tono modesto, que era “más fruït de la voluntad e il•lusió que no del acierto”. El autor dedicó grandes elogios a las personas que en diferentes momentos han sido los responsables de la red de alcantarillado a la ciudad: “El ritmo de crecimiento de alcantarillado se ha avanzado siempre al crecimiento de la ciudad. Esto ha contribuido a qué Mataró tenga hoy en día una calidad de vida envidiable”, aseguró. Buscó trasladó las alabances hasta el momento presente: “La gestión del alcantarillado está actualmente a un nivel que era impensable hace unos años”.

Al actoasistieron el actual alcalde de Mataró, Joan Antoni Baron, así como su antecesor en el cargo, el diputado Manuel Mas y los regidores Quitèria Guirao, responsable de Ciutat Sostenible, Arcadi Vilert, Pep Comas, Montse López, Pilar González, Toni Civil, Fermí Manchado y Francesc Melero.

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