El Ministerio de Industria, Comercio y Turismo apuesta para aumentar la productividad industrial. Así lo indicó el Secretario General de Industria, Joan Trullén, durante la conferencia que, con el título de El futuro de la industrialización en España, ofreció viernes a Can Palacete.
La debilidad fundamental de la forma de producción industrial en España es que se orienta a las ventajas procedentes de los costes del trabajo y el capital, de forma que aumentan la producción y la capacidad exportadora, pero no crece la productividad, aseguró Trullén. Según el Secretario, este escaso crecimiento trae a un bloqueo del proceso industrial y al descenso del nivel de renta de la población, de forma que hay que incrementar la productividad para situar la industria española al frente de las europeas.
Y, tal como explicó Joan Trullén, el aumento de la productividad pasa por el fortalecimiento de la economía del conocimiento al país, que a la mayoría de sectores productivos de la industria española se encuentra en una situación de debilidad. Hay que intensificar nuestra forma de producir con procesos de investigación, desarrollo e innovación y expandirlo a todos los sectores, dijo el Secretario. El desarrollo de las tecnologías en España y su aplicación a la industria están muy por debajo de países como Alemania o el Reino Unido, y estas tecnologias facilitan el aumento de la productividad, añadió.
Según Trullén, el Ministerio de Industria está haciendo el esfuerzo de incentivar los agentes económicos empresas y trabajadores- para facilitarlos este tránsito necesario hacia la economía del conocimiento. Es una prioridad para nosotros, dijo, pero este cambio lo tienen que llevar a cabo los agentes económicos: el gobierno sólo puede colaborar.
Optimismo y competitividad
A pesar de todo, la economía española permite ser bastante optimistas. Estamos experimentando un crecimiento económico por encima de la media europea, señaló Joan Trullén, que recordó que el país ha pasado de tener la economía más protegida del continente una protección fomentada principalmente por la política tecnócrata del desarrollismo franquista- a unas de las más abiertas de Europa después de la entrada a la Unión Europea el 1986 y el cambio en la política económica que el socialista Pedro Solbes impulsó en 1993.
El Secretario de Industria destacó que la producción española representa actualmente un 2% del mercado mundial de exportaciones, después de haber experimentado un crecimiento del 250% el último lustro. Trullen también comentó que la economía catalana es la exportadora por antonomasia de España, con un 28% del mercado, y manifestó que el 80% de la capacidad competitiva española es industrial y no turística, como se acostumbra a pensar. De hecho, Joan Trullén remarcó que la clave de la economía española se encuentra en la competitividad exterior de su producción industrial. El futuro de la industrialización en España sólo tiene un entorno, que es el europeo, y un objetivo, que es global, concluyó.
La debilidad fundamental de la forma de producción industrial en España es que se orienta a las ventajas procedentes de los costes del trabajo y el capital, de forma que aumentan la producción y la capacidad exportadora, pero no crece la productividad, aseguró Trullén. Según el Secretario, este escaso crecimiento trae a un bloqueo del proceso industrial y al descenso del nivel de renta de la población, de forma que hay que incrementar la productividad para situar la industria española al frente de las europeas.
Y, tal como explicó Joan Trullén, el aumento de la productividad pasa por el fortalecimiento de la economía del conocimiento al país, que a la mayoría de sectores productivos de la industria española se encuentra en una situación de debilidad. Hay que intensificar nuestra forma de producir con procesos de investigación, desarrollo e innovación y expandirlo a todos los sectores, dijo el Secretario. El desarrollo de las tecnologías en España y su aplicación a la industria están muy por debajo de países como Alemania o el Reino Unido, y estas tecnologias facilitan el aumento de la productividad, añadió.
Según Trullén, el Ministerio de Industria está haciendo el esfuerzo de incentivar los agentes económicos empresas y trabajadores- para facilitarlos este tránsito necesario hacia la economía del conocimiento. Es una prioridad para nosotros, dijo, pero este cambio lo tienen que llevar a cabo los agentes económicos: el gobierno sólo puede colaborar.
Optimismo y competitividad
A pesar de todo, la economía española permite ser bastante optimistas. Estamos experimentando un crecimiento económico por encima de la media europea, señaló Joan Trullén, que recordó que el país ha pasado de tener la economía más protegida del continente una protección fomentada principalmente por la política tecnócrata del desarrollismo franquista- a unas de las más abiertas de Europa después de la entrada a la Unión Europea el 1986 y el cambio en la política económica que el socialista Pedro Solbes impulsó en 1993.
El Secretario de Industria destacó que la producción española representa actualmente un 2% del mercado mundial de exportaciones, después de haber experimentado un crecimiento del 250% el último lustro. Trullen también comentó que la economía catalana es la exportadora por antonomasia de España, con un 28% del mercado, y manifestó que el 80% de la capacidad competitiva española es industrial y no turística, como se acostumbra a pensar. De hecho, Joan Trullén remarcó que la clave de la economía española se encuentra en la competitividad exterior de su producción industrial. El futuro de la industrialización en España sólo tiene un entorno, que es el europeo, y un objetivo, que es global, concluyó.