Capgròs
Premià de Mar volvió a brillar como sede de los Premios Butaca 2025, una edición marcada por el excelente nivel artístico y por un momento especialmente emotivo: Jordi Bosch ganó su cuarto Premio Butaca, esta vez por su interpretación en Mort d’un comediant. El actor, muy ovacionado, subió al escenario visiblemente emocionado para agradecer un galardón que consolida una trayectoria de excelencia y compromiso teatral.
La gala, que continúa posicionando el Maresme como epicentro del teatro catalán, también coronó Ànima y L’herència como las grandes triunfadoras de la noche. El musical Ànima, dirigido por Gara Roda y estrenado en el TNC, arrasó con siete premios Butaca, incluyendo mejor musical, diseño de luces, vestuario, caracterización, sonido, composición musical y mejor actor de musical para Oriol Burés. El equipo lo celebró con entusiasmo y anunció su llegada al Teatre Tívoli el próximo febrero.
Por su parte, L’herència, dirigida por Josep Maria Mestres, sumó cuatro galardones, destacando mejor montaje teatral y mejor dirección. Teresa Lozano y Carles Martínez completaron la cosecha con los premios a mejores intérpretes de reparto. Mestres, al recoger el gran premio, confirmó el regreso de la obra el año que viene, noticia que levantó una fuerte ovación. Otro de los nombres propios de la noche fue Rosa Renom, premio a mejor actriz por La majordoma, que también se llevó el galardón a mejor espectáculo de pequeño formato. La actriz aprovechó su discurso para reflexionar sobre la precariedad estructural del sector cultural, recibiendo un largo aplauso del público. El musical El dia de la marmota consiguió dos premios (mejor actriz de musical para Diana Roig y mejor escenografía), mientras que La quijá, del Mercat de les Flors, destacó en el ámbito de la danza con dos estatuillas. Maria Campos ganó el premio a mejor interpretación femenina por Natural order of things, y Daniela Brown fue reconocida como intérprete revelación por La gavina. En dramaturgia, Cristina Clemente obtuvo el Butaca a mejor texto por Dones de ràdio, mientras que Monument, de Àngel Duran, fue distinguida con el premio a mejor coreografía. El espectáculo familiar Tumbalafusta completó el palmarés.
Uno de los momentos más especiales de la noche llegó con el Premio Butaca honorífico Anna Lizaran, otorgado a Josep Maria Pou, que emocionó al público recordando su amistad con Lizaran y celebrando que la cultura alce la voz ante las injusticias, en referencia a la situación en Palestina. Un incidente divertido con la base del trofeo arrancó risas y mostró su habitual humanidad y sentido del humor.
Con un pabellón lleno y un ritmo vibrante, los Premios Butaca 2025 reafirmaron su papel como barómetro del teatro catalán y situaron, un año más, a Premià de Mar en el centro de todas las miradas culturales del país. Una gala que deja momentos para recordar, en la que proliferaron las intervenciones contra el genocidio en Gaza, y que confirma la vitalidad de una escena teatral que sigue creciendo y emocionando.
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