Dalí fue un gran artista pero también un grande provocador. Este último fue el factor que lo hizo más popular dentro de las fronteras catalanas y españolas. Pero en el extranjero, y sobre todo en los Estados Unidos, Salvador Dalí está considerado como el auténtico representante del arte catalán. Ayer, el comisario del Año Dalí en Figueres, Josep Playà Maset, ofreció una retrato del artista empurdanenc visto desde este prisma: Dalí hizo que los paisajes de su obra fueran los paisajes de su vida, los paisajes de l'Empordà, explicó. Esta presencia constante del paisaje empordanenc a la obra daliniana ha motivado entre los críticos de arte nordamericans la creación del concepto de Dalí Land, el país de Dalí.
Playà habló de este país de Dalí a Can Palacete, en una conferencia organizada en motivo del Día Internacional de los Museos. La charla sirvió también como preludio de la inauguración de la exposición Dalí de Mataró, en la que se muestran los dos dibujos del artista empordanenc que se conservan al Museo de la ciudad. Los dibujos son dos retratos hechos a lápices de dos personajes ilustres de la sociedad empordanenca, el activista cultural Josep Puig Subidas y el sardanista Pep Ventura.
Estos dos dibujos, que el artista realizó en sus años de juventud, están muy ligados a la faceta de pintor prototípic catalán de la que ayer habló el comisario del Año Dalí en Figueres. A pesar de que la obra más conocida de Dalí es la que representa sueños, los retratos también fueron importantes en su trayectoria, tal y como recordó Playà. Cuando llegó a los Estados Unidos, los todos los grandes millonarios querían retratos de Dalí, explicó. Aunque no va se demasiado bono como retratista, las obras hechas en Cataluña son mejor porque Dalí se estimaba más los personajes catalanes, porque no eran un encargo, añadió.
Durante la conferencia, Playà explicó quién eran estos dos personajes. Puig Subidas, amigo personal del padre de Salvador Dalí, era un activista cultural muy conocido en Figueres. Él fue el promotor del periódico Ampurdán Federal, donde publicó un artículo hablando de Dalí en motivo de una exposición colectiva a la que participó con nomes 15 años. Subidas ya pronosticó entonces que Dalí se convertiría en un gran artista, explicó Playà.
El dibujo de Pep Ventura sirvió para ilustrar un artículo sobre el sardanista que escribió el mismo Monte Subidas. El dibujo está basado en la única foto que se conoce de Pep Ventura. Dalí lo reprodujo con una cierta ironía, tal y cómo se entiende de los ojos grandes y temblorosos del dibujo. Por este motivo, explicó Playà, se cree que este retrato era uno de los putrefactes, apelativo con que Dalí y algunos amigos suyos de juventud calificaban aquellos personajes de relevancia social que querían criticar.
Esta anécdota de los putrefactes trajo Josep Playà a comentar la faceta de provocador que explotó Salvador Dalí, y que lo trajo a romper relaciones con su familia después de pintar un cuadro en quepuso la frase a veces escupo sobre el retrato de mi madre. A raíz de este incidente Dalí se trasladó a Madrid, donde conoció Garcia Lorca y Luis Buñuel y entró en contacto con el surrealismo. El estallido de la guerra civil y la dictadura franquista lo trajo a un exilio voluntario. En los Estados Unidos, donde vivió durante quince años, Dalí continuaría cultivando su imagen de personaje provocador y excéntrico, que competía con la faceta de artista reconocido. Dalí no se tiene que santificar. Fue un personaje que se tiene que aceptar con todas sus contradicciones, concluyó Playà.
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