Tres imágenes de la zona donde se tiene que desarrollar el proyecto.
Tres imágenes de la zona donde se tiene que desarrollar el proyecto.

T. Rodon

L’agua fluirá de nuevo a la población de Tamassint

El proyecto de obras de la FAVM que permitirá el riego quedó parado a raíz del terremoto de A el-Hoceima y ahora ha vuelto a arrancar

Todo y un contundente impàs por culpa del terremoto Al-Hoceima, el proyecto de la Federación de Asociaciones de Vecinos de Mataró (FAVM) de hacer posible el riego a la población de Tamassint ha vuelto a arrancar. A principios de junio se retomaron los trabajos de construcción, paradas por culpa del desastroso movimiento de tierras de febrero del 2004, que se centró con especial violencia en esta zona de la provincia del Rif (Marruecos). A pesar de que no ha sido fácil, el proyecto ha salido adelante. “Ha costado mucho pero esperamos que la segunda fase de las obras esté acabada en seis meses”, explica satisfecha la encargada de la supervisión técnica y de la viabilidad económica, Maria Zaloña.

El plan de obras cuenta con el apoyo del ayuntamiento de Mataró y el Fondo Catalán por la Cooperación al Desarrollo. La primera fase empezó hace siete años con la identificación de los terrenos y su parcelación. Este proceso ya se alargó debido a los problemas jurídicos, según Zaloña: “Identificar ha sido un proceso lento, a pesar de que la colaboración de la gente ha sido siempre muy alta”, destaca la mataronina.

Sea como fuere, el calendario de actuaciones ya va sobre ruedas y después de haber parcel·lat y construido un pozo, se está empezando a agujerear para hacer una balsa. Con todo, la segunda fase del plan, que tiene un coste de 200.000 euros, prevé instalar dos kilómetros de conducción por agua. Posteriormente, se construirá una gran balsa para retenerla. Así, las diferentes parcelas se podrán alcanzar de agua de una manera regular. El proyecto también contempla la plantación de árboles y una serie de actuaciones futuras para hacer un serguiment de las instalaciones. Todo este abanico de actuaciones tiene que permitir irrigar una tierra fértil, pero abandonada durante años. “Los recursos agrícolas de Tamassint y de la zona en general son abundantes; sólo los falta un pequeño empujón”, dice Zaloña.

Un proyecto que va ‘más allá'
Cuando un grupo de inmigrantes mataronins procedentes de Tamassint propusieron este proyecto, su intención era que fuera “algo más” que una obra de ingenieria. En este sentido, la población no sólo se beneficiará de esta nueva infraestructura, sino que podrá contar con un apoyo continuado. Y es que la otra cara del proyecto, el desarrollo social, busca dar un golpe de mano humano a los agricultores. Según reconoce Zaloña, el asesoramiento y la información son necesarias para asegurar la viabilidad futura: “Nosotros sólo los ayudamos a decidir qué mejor rendimientopueden sacar; ellos tendrán que decidir”.

De momento, con el impulso de la misma Zaloña, de Abdelhak el Haddouti y de la Comisión de Seguimiento, formada por rifenys, se ha constituido la Comunitat de Regants. Cuando la obra esté terminada, el agua volverá a fluir y los campos agrícolas de Tamassint sebeneficiará. O al menos esto es el que espera la población de una de las zonas más pobres del Marruecos.

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