Los cinco bunkers de la Guerra Civil que se conservan en las playas de Mataró pasarán a ser Corderos Culturales de Interés Local. Así lo decidió el Pleno municipal del mes de octubre, dando respuesta a una petición de la Comisión de Memoria Histórica. Se trata de cinco fortificaciones defensivas que datan del año 1937 y que se sitúan en diferentes puntos del litoral mataroní.
Joaquim Dorda, miembro de la Asociación de Gente mayor de La Habana y de la Comisión de Memoria Histórica, intervino en el Pleno para explicar la importancia histórica de estas construcciones. Dorda explicó que a todo el Maresme se construyeron hasta 45 bunkers, fruto de una decisión de los alcaldes de la comarca reunir en 1937 al Ayuntamiento de Mataró, de cara a fortificar la costa. En Mataró sehicieron 8, 5 de los cuales se han conservado, construidos todos ellos de manera voluntaria por el gremio de albañiles de la ciudad. Estando repartidos desde la playa del Callao hasta el extremo norte de la de Santo Simó.
Los búnkers, pero, nunca se usaron por su finalidad original durante el conflicto bèlic. El año 1940 la Guardia Civil se los apropió para usarlos como puntos de vigilancia de la actividad pesquera. Una década más tarde, sirvió de alojamiento para familias sin techo. Los búnkers tienen una superficie de 16,5m2, una puerta lateral, ventanas de 180 grados y el tejado estaba lleno de arena para despistar la aviación del enemigo.
Hacerlos visibles
Todos los grupos políticos votaron a favor y celebraron la propuesta, y a la vez pidieron que se dé a conocer a la ciudadanía este bien histórico. La CUP, por ejemplo, pidió que se señalice y abre el acceso del bunker situado junto al Centro de Natación.

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Dos otras incorporaciones
Además de los búnkers, durante el Pleno de octubre también se incorporaron en el catálogo del patrimonio dos elementos más: el acueducto de las Cinco Sènies, situado al vecindario de Mata y que data del siglo XVII-XVIII y, el repartidor de aguas de la calle Obispo Mas fue construido a finales del siglo XIX - principios del siglo XX.
Uno de los bunkers mataronins, en una imagen de archivo
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