Las cinco y media de la tarde. Los alumnos del CEIP Rocafonda acaban la jornada y la escuela queda vacía. Pero no será por mucho rato. Un grupo de jóvenes del barrio, de entre 10 y 16 años, se reúnen en el patio de la escuela. Hablan, juegan a baloncesto o participan de actividades lúdicas. Pero no cercan por la calle y, además, cuentan con el apoyo de dos profesionales que los atienen. En pocas calles, en la escuela cuna Rocafonda, un grupo de niños de 0 a 6 años aprovechan que el patio queda vacío para jugar un rato más, pero en este caso, acompañados por los padres y bajo la supervisión de dos monitores. El CEIP y la escuela cuna Rocafonda, junto con el CEIP Tomàs Viñas de Cerdanyola, son los primeros centros de la ciudad donde se han puesto en funcionamiento los "patios abiertos". Se trata de usar el patio como espacio de ocio y deporte fuera del horario lectivo y potenciarlos como una prolongación del espacio público. "No se trata de crear grupos de esparcimiento paralelos a los que existen, sino ofrecer a los jóvenes un lugar donde, si quieren jugar a la pelota, no se peleen con el abuelo o la madre con cochecito", puntualiza la regidora de Educación, Conxita Calvo. El hecho que Rocafonda sea un barrio densificado y con pocos espacios públicos con mucha gente y dónde surgen conflictos fue una de las razones por las cuales se optó por el CEIP Rocafonda para hacer la prueba piloto de los patios abiertos el curso pasado. También se tuvo en cuenta la existencia de grupos que espontáneamente ya hacían uso de los patios escolares.
La experiencia de los patios abiertos se ha probado a varios municipios catalanes pero en cabeza de ellos se ha optado por el modelo de patio "tutelado" como el de Mataró, que recibe apoyo económico de la Diputación de Barcelona. En estos patios, educadores y monitores dinamizan y atienen los jóvenes y, al mismo tiempo, observan y detectan sus inquietudes. "Nos daba miedo que los jóvenes, al ver los dinamizadores, marcharan a ocupar otros espacios", explica la regidora de Educación, Conxita Calvo, que cree que "valía la pena probar esta experiencia". Gracias a la observación de los profesionales, se ha podido detectar una realidad social muy concreta: la de los adolescentes y jóvenes que pasan muchas horas sólo porque sus padres trabajan o porque no tienen referentes claros en la familia. A menudo estos chicos acaban pasando horas sólo en la calle. "Estos jóvenes no tienen un referente claro, tienen muchos conflictos con los vecinos por si hacen un golpe de pelota a una persiana o por si ensucian el espacio, y por eso creímos interesando que tuvieran un espacio que se pudieran hacer suyo", explica Jordi Merino, responsable de la oficina del Plan Integral de Rocafonda.
La iniciativa cuenta con la aprobación de la propia escuela. "Es una buena iniciativa, la valoramos bien", afirma la directora del CEIP Rocafonda, Maria Engràcia Bosch, que reclama, esto si, una mayor "control" de la actividad. "El curso pasado tuvimos algunos incidentes provocados por un uso inapropiat del espacio", explica. Jóvenes que usan la bicicleta en el patio escolar cómo si fuera la calle o alguna pelea ocasional son algunos de los problemas "de convivencia" que se han detectado en este patio abierto y que llegaron al consejo escolar. Por eso, los responsables del centro y del Ayuntamiento se reunieron y acordaron la necesidad de establecer un protocolo de uso del patio. Más allá de estos pequeños conflictos, insiste la directora del CEIP Rocafonda, la iniciativa se ve con buenos ojos y la prueba más evidente es que el patio de este centro volverá a abrirse a los jóvenes del barrio a partir de este mes de octubre.
Mientras tanto, el IME reflexiona sobre el futuro de los patios abiertos a la ciudad. "Estamos trabajando con la Diputación para salir adelante un modelo que sea sostenible económicamente", explica Conxita Calvo, que apunta que un patio abierto tutelado sólo puede ser viable "si se aborda desde una dinámica colectiva de ciudad", implicando varios servicios municipales como por ejemplo juventud, nueva ciudadanía o vía pública, entre otros. El coste de un patio tutelado es de 36.000 euros anuales, un presupuesto que incluye la contratación de los profesionales, los seguros y el mantenimiento. Precisamente la carencia de recursos obligará a renunciar en el patio abierto de Cerdanyola. El del CEIP Rocafonda, explica Calvo, "funcionará mientras duren los recursos provenientes de la ley de barrios".
Pero todo y las dificultades evidentes, la IME tiene clara la apuesta por los patios abiertos, para dotar de nueva vida estos equipamientos fuera del horario escolar, como ya hacen, con buenos resultados, las asociaciones de vecinos que usan los patios por las fiestas o actividades de barrio. "Desde el punto de vista de ciudad educadora son una buena oportunidad para trabajar el espacio público, pero hace falta que se haga también un trabajo desde la comunidad educativa y desde la propia ciudad", explica Calvo.
En este sentido, resulta interesando la experiencia de la escuela cuna de Rocafonda, surgida como consecuencia del trabajo que se lleva a cabo desde el IME y en colaboración con la Vocalia de Mujeres del barrio alrededor de la interacción de los hijos con sus padres. Una de las líneas de trabajo son los talleres de crianza que se hacen en el centro cívico de Rocafonda, en los cuales surgió la idea de habilitar un espacio donde padres y madres puedan jugar con sus hijos de forma tranquila, huyendo de las molestias de una plaza pública y con el asesoramiento de monitores. Así nació el Espacio 0-6, un patio abierto para niños de 0 a 6 años gestionado por la cooperativa Artijoc. Su responsable, Elisenda Gonzàlez, explica que el espacio se abrió el pasado mes de mayo y ha tenido "mucha aceptación". Una de las monitores, Nawal, de origen marroquí, contacta con las madres inmigrantes para animarlas a participar en este patio abierto donde también se quiere trabajar la relación de los vecinos del barrio con los recién llegados. De momento, los usuarios valoran la iniciativa muy positivamente. "Antes íbamos a un parque pero a los pequeños no los teniem tan controlados. Aquí se está muy bien", explica Nuri Sanchís, madre de un alumno de la escuela cuna Rocafonda. Por Belen Rodríguez, madre de la misma escuela, es una buena ocasión "para tener más relación con el niño".
Los jóvenes que se reúnen en el patio abierto del CEIP Rocafonda
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