El Instituto Municipal de Educación (IME) ha recibido denuncias por ocho presuntos casos de fraudes domiciliarios. Algunas familias falsean o modifiquen los datos del empadronamiento para poder optar a determinados centros escolares, que se asignan en función de criterios de proximidad al domicilio del alumno. Una de las ocho familias denunciadas admitió el fraude y dos casos más todavía se están estudiantes. La regidora de Educación Conxita Calvo explica que en los cinco casos restantes no se han encontrado "indicios razonables" para considerar que se ha cometido el fraude. Calvo explica que las denuncias han sido realizadas por otras familias. Además, añade que el IME tiene constancia que el Síndico de Agravios también ha recibido consultas sobre otros casos similares.
El departamento de Educación de la Generalitat anunció a principios de año mides más estrictos para evitar este tipo de fraude. Cuando se detecta un de estos usos indebidos de los datos domiciliarios, como en el caso de la familia que lo admitió, automáticamente el alumno decae en su derecho de la plaza y se tiene que volver a matricular en un centro de nueva asignación. Hasta ahora, en caso de fraude el alumno sólo perdía la plaza si se detectaba el fraude antes del inicio de curso, pero a partir de ahora también perderá los derechos de prioridad en la matriculación si se descubre el uso fraudulento de datos un golpe iniciadas las clases. En Mataró, según datos facilitados por el IME, un 84% de los niños se matriculan en la escuela elegida en primera opción, mientras que un 8,75% de los alumnos se asignan de oficio a un centro, la mayoría de los cuales en respuesta a necesidades educativas especiales.
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