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V. B.

La comunidad musulmana inicia el Ramadán, que este año será menos participado

La celebración cae en pleno verano y con la mayoría de musulmanes mataronins de vacaciones a su país de origen

La comunidad musulmana inició el pasado sábado, día 22, el Ramadán, el más sagrado de la religión islámica. Este año, pero, se prevé que la celebración sea menos participada al caer en pleno verano. "La mayoría son todavía de vacaciones a su país de origen, y prefieren celebrarlo allá con toda su familia", explica Hicham Bouricha, de la asociación Al-Ouahda. De este modo, desde la entidad calculan que de los más de 12.000 musulmanes que residen en Mataró, sólo entre 6.000 y 7.000 celebrarán el Ramadán en la capital maresmenca. La comunidad, por lo tanto, no requerirá de momento de más oratoris de los que ya dispone habitualmente, a las calles Jaume Recoder, Energía y Carrasco Formiguera. Las cifras, por lo tanto, desmienten las declaraciones que hizo a EFE el coordindador del Consejo Islámico de Cataluña, Jamal El Attouaki, donde apuntaba que en Mataró habría que alquilar grandes recintos municipales para acoger las oraciones. "De momento no necesitamos, pero si hiciera falta ya fariem la demanda oportuna", apunta Bouricha.

El Ramadán, el noveno más lunar del calendario islámico, es la fecha sagrada para los musulmanes. Durante este mes (la celebración dura este año hasta el 20 de septiembre) no se puede comer, beber, fumar ni practicar sexo del amanecer al atardecer. Están exentos de esta práctica los niños, los abuelos de edad avanzada, las mujeres embarazadas y en periode de lactancia, así como aquellos que sufran enfermedades crónicas o temporales. Para los musulmanes, el objetivo del Ramadán es corregir los actos y purificar el alma, así como mejorar los modales y la manera de pensar. Bouricha explica que para los musulmanes "el dejú no es una prohibición en el sentido negativo", puesto que se lo toman como "algo bono para nuestro organismo, que limpia las toxinas acumuladas durante el año". Para la comunidad islámica, el Ramadán es también "una prueba de nuestra fuerza de voluntad, como el dejú lo es de paciencia y perseverància", explica Bouricha.