La cueva de los Moros

La propuesta de esta semana nos trae a un entorno rural pero pleno de historia: Las pinturas rupestres del Cogul y las tumbas del Saladar. Toros, cabras, ciervos, cazadores y una escena de danza es el que encontraremos en el conjunto de arte rupestre más significativo y emblemático de Cataluña. Figura entre los murales prehistóricos más divulgados de la bibliografía arqueológica peninsular.

El pueblo del Cogul, a 279 m de altitud, se asienta sobre un territorio ondulat, dividido por el río Siete. Al municipio todavía se conservan casas de los siglos XVI y XVII. A sólo un kilómetro del pueblo (y a 8 de Lleida), en dirección a l'Albagés, hay las famosas pinturas rupestres del Cogul, a la roca o cueva de los Moros. Se trata de una inmensa mola de piedra que se levanta al lado del camino, en la cual hay un excepcional y único conjunto rupestre prehistórico. El yacimiento, el más septentrional de este grupo, es uno de los más famosos por el hecho de haber sido uno de los primeros descubiertos y, sobre todo, por la originalidad de la escena de la danza.

El friso está formado por unas 40 figuras pintadas de diferentes estilos, algunas de las cuales constituyen escenas especiales. Los colores dominantes son el rojo y el negro. Varias figuras son a la vez grabadas y pintadas y 10 sólo grabadas. Los dibujos representan toros, cabras, ciervos y también algún cazador con arco, pero la parte más original es una escena de danza con 10 mujeres cercando un hombre desnudo.aparecen también inscripciones ibéricas e incluso romanas que ocupan prácticamente la totalidad de la cavidad.

Después de visitar la cueva de los Moros, a un kilómetro de distancia podemos ver las tumbas del Saladar, rectangulares y hechos a la roca viva, las cuales son de origen árabe, y una cueva llamada de las Cruces. La cueva, donde hay cruces picadas y dibujadas a la piedra, está muy escondida, y es difícil localizarla si no es con la guía de algún vecino del pueblo.