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Toni Rodon

La cuna de la cultura catalana

El imponente portalada de Santa Maria de Ripoll saluda al visitante hacia un espacio lleno de historia y de tranquilidad benedictina.

Probablemente un primer vistazo provocará decepción o, incluso, indiferencia. No es un monumento de dimensiones extraordinarias, de materiales estrambòtics o que capte la atención por el visitante por su exuberancia. Just al contrario. Es sencillo, de líneas esbeltas y con un simbolismo que impregna cada uno de los volúmenes. Aquí rae su auténtica belleza.

La portalada de Santa Maria de Ripoll fascinará a los visitantes en el momento que estos comprendan la construcción, interpreten la fe y la devoción que guarda cada una de las piedras. La puerta está este año resguardada por una mampara de vidrio necesaria para no malograr la piedra del monasterio, pero que elimina el primer impacto del espectador. No obstante, esta pequeña maravilla contiene múltiplos pequeños tesoros. La Biblia en piedra, reproducida a lo largo de los arcos, se encuentra dividida en siete registros horizontales que confluyen en el punto superior, donde el Pantocrátor saluda omnipotente a los que acceden al monasterio.

No es sólo uno de los exponentes del románico catalán más importantes, es también la puerta de la cuna de la cultura catalana. Santa Maria de Ripoll, fundada por Guifré el Pilós en 879 fue un importante centro de cultura, sobre todo de la mano del Abad Oliba (1008-1046). Ya desde la lejanía una señera arriba el imponente campanario hace gala de su presencia. Entrar significa entender un “otra” manera de medir el tiempo, de dejarse llevar por el scriptorium de los benedictins, o de disfrutar de la calma del claustro, uno de los más bonitos de Cataluña. Con todo, viajar hasta el Monasterio de Ripoll es buscar un espacio impregnado de culto y de reminiscencias de un tiempo en que los símbolos eran más importantes que la palabra. En que la palabra “nación” ni siquiera aparecía entre las palabras más empleadas. Ripoll es, pero, una entrada a una época considerada por los historiadores oscura desde el punto de vista humano, necesaria desde el punto de vista nacional y encantadora desde la óptica artística. Elijan y busquen.

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