La Feria del Árbol, uno de los certamens más multitudinarios de la ciudad, se plantea su XXXIa edición como un punto de inflexión. En sus tres décadas de historia, la feria ha pasado de ser una cita de referencia para los amantes de las flores y las plantas a diversificar su oferta en varias direcciones. Natura, artesanía, gastronomía, libros, animales, plantas y tradiciones se fusionan en un certamen que no renuncia a sus orígenes como feria-mercado, pero que avanza hacia un futuro de especialización. "La venta de plantas ha perdido un poco de vifència, porque la gente hoy en día yapuede encontrar durante todo el año a los gardens y tiendas especializadas. Por eso, hemos intentado tender hacia una feria más didáctica y de concienciación sobre la natura y el medio ambiente, y se han introduit otros productos relacionados con la tierra y la artesanía que enriquecen la oferta original", explica Emili Solà, presidente de la Asociación de Amigos de las Plantas, entidad organizadora de un certamen que actualmente se define como "una feria de la natura, que engloba plantas, animales, montaña, mar y también las personas".
La entidad cuenta con el apoyo del Instituto Municipal de Promoción Económica (IMPEM), que cada año contribuye con una partida de 12.000 euros y el apoyo logístico. De cara al año próximo, esta relación hará "un tumbo importante", según explica la presidenta de la IMPEM, Alícia Romero: "nos planteamos hacer un cambio importante porque a la asociación hay mucha gente mayor que se quiere retirar y ceder el peso de la organización al Ayuntamiento", explica la regidora. "Estamos pensando al darle un tumbo porque sea una feria más monográfica, ligada a la natura, a los productos ecológicos y de la tierra", concreta. Este año, pero, la feria se mantiene en el modelo que se ha consolidado los últimos años, y que permite que durante dos días de febrero, la primavera se instale en todo su esplendor al Parque Central. Entre sábado, día 7, y domingo, día 8, se calcula que pueden llegar a pasar por el recinto del Parque unas 60.000 personas, atraídas por los productos que se pondrán a la venta en los 140 estands participantes o por alguna de las numerosas actividades complementarias que tendrán lugar durante este fin de semana. Según explica Solà, la Feria del Árbol "no es un certamen local" sino que atrae a mucha gente de la comarca y del resto de Cataluña.
Ciutat invitada
La feria recupera en esta edición la presencia de la ciudad invitada, una iniciativa iniciada en 2006 y que hasta ahora había contado con las visitas de delegaciones de Sierra de Yeguas y de la Rueda de Andalucía. Este año la ciudad invitada será Isla Cristina, un municipio estrechamente vinculado con la ciudad puesto que precisamente fue fundado por mataronins, ahora hace poco más de 250 años. Isla Cristina contará con un estand propio donde se podrán encontrar productos típicos del municipio, como por ejemplo el atún. Isla Cristina, declarada población "ahijada" de Mataró en setenta, ha mantenido sus vínculos con la capital del Maresme a través de continuos intercambios. Este año, Isla Cristina será presente a la Feria del Árbol y también a la fiesta mayor de las Santas. Mataró volverá la visita en octubre, participando en la fiesta de la virgen de Rosario.
Como otras novedades, destaca también la presencia de un estand de Medio ambiente de la Diputación de Barcelona. Entre las nuevas actividades, los organizadores señalan la celebración de la novena prueba oficial del Campeonato de Cataluña de Agility, la demostración de los trabajos verticales al bosque y las exposiciones de jardines y de bonsais, así como también la oferta de actividades para los niños, con las cuales se pretende acercarlos a la natura y concienciarlos sobre la importancia de preservar el medio ambiente. Los niños podrá participar en diferentes actas como el concurso de dibujo infantil, la sesión de cuentos a cargo de en Pep Duran o la exposición sobre el campesinado, donde podrán ver de cerca animales y herramientas del campo. Además, se ha organizado una cantada de habaneras a cargo del grupo Quiere de Gaviotas, del Casal de la Gente mayor del Parque, así como también tendrá lugar un desfile de perros abandonados de la Sociedad Protectora de Animales de Mataró.

-
Bonsais, Huertos Urbanos y Jardinería Mediterránea
Los Amigos de los bonsais de Caldes participarán a la Feria del Árbol con una exposición de los ejemplares trabajados por los miembros de esta entidad, que desde el año 1991 organiza talleres para conseguir los conocimientos básicos para cuidar bonsais. Hace tres años que esta asociación de Caldes cogió el relevo de la entidad mataronina que, hasta entonces, había organizar la exposición de bonsais. Para los Amigos de los bonsais de Caldes, participar a la feria del Árbol de Mataró es una forma de dar a conocer las actividades de una entidad que cuenta con una treintena de socios y que mica en mica se va abriendo en la comarca. A la muestra se podrán ver una cuarentena de bonsais, desde los más pequeños de 20 centímetros hasta los más gordos, de unos 70 centímetros. Según explica el presidente de la entidad, Joan Puig, explica que un bonsai puede suponer un trabajo de diez años o más. Por su parte, la cooperativa La Mata Jardineros traerá un huerto urbano. El certamen acoge cada año una exhibición de jardinería que en cada edición cambia de temática. Según explica Gràcia Busqué, de Mata, se ha pensado en los huertos urbanos puesto que la gente se los puede sentir cercanos. Estos huertos, de pequeñas dimensiones, se pueden habilitar en azoteas, balcons o incluso en pequeños testos a la cocina donde se pueden cultivar desde tomates o pimientos hasta germinados como la soja. Tienen un coste bajo y no requieren de grandes conocimientos, explica Busqué, que recomienda la experiencia especialmente para los niños, como una manera diferente de acercarla a la natura. Para montar el huerto, que se instalará en un espacio de entre 100 y 120 metros cuadrados, Mata buscará productos relacionados con la horticultura urbana como los planteles, el sostrat o los germinados ecológicos. Por último, la empresa Mónjardí, de Santo Pol, instalará un pequeño jardín de 50 metros cuadrados con flores y plantas mediterráneas y completarán su oferta con planta medicinal y aromática. Monjardí se dedica a recercar y recuperar plantas clásicas de jardines antiguos y otros lugares donde no haya vegetación manipulada genéticamente. Estos jardineros buscan esquejes en jardines abandonados o neoclásicos y recuperan especies antiguas de rosales, camèlies o plantas aromáticas.
-
Comentarios