Jesús Ortego, a la librería Maresme de Mataró
Jesús Ortego, a la librería Maresme de Mataró

"La gente mayor es quien suele comprar el diario, y ahora a menudo se los traemos a casa"

Jesús Ortego, propietario de la librería Maresme, es uno de los pocos ciudadanos con permiso para salir de casa y trabajar en un servicio "esencial": la información

Casi todas las tiendas tienen que permanecer cerradas estos días en cumplimiento del estado de alarma, pero las que ofrecen productos de primera necesidad siguen levantando la persiana cada mañana. Entre ellas, los puntos de venta de diarios y revistas, puesto que lo era tan convulsa y cambiando del coronavirus, la información es un bien considerado "esencial" que se tiene que seguir produciendo y distribuyendo. Por eso, en Jesús Ortego abre a diario la Librería Maresme de la calle Jaume Isern, y los clientes siguen acudiendo. En Jesús se incluye, por lo tanto, en la categoría de trabajadores con permísper no cumplir con el confinamiento establecido para la mayoría de la población para combatir la pandemia de coronavirus .

"Hemos cambiado bastante las ventas: durante la primera semana sobre todo despachamos muchos libros, pasatiempos, cuadernos de repaso, incluso puzzles que teníamos guardados desde hace mucho tiempo… La gente nos viene a buscar material de entretenimiento para pequeños y grandes, para pasar el confinamiento el mejor que se pueda", relata.

En Jesús mantiene abierta la Librería Maresme, puesto que la distribución de diarios y revistas se considera un ámbito "esencial" dentro del decreto de estado de alarma

La venta de diarios, de hecho, ha bajado, puesto que un grueso importante de los que siguen apostando por el papel son personas grandes. "Y, claro, ahora no salen a la calle. En algunos casos los traemos a casa", explica en Jesús, que sigue repartiendo diarios y revistas como hacía antes de la irrupción de la epidemia, pero a un número de establecimientos mucho más reducido que antes. "Qué sensación más extraña te queda circulando por las calles tan vacíos estos días, sin casi coches, todo cercado…" reflexiona.

"Despachamos muchos libros, pasatiempos, cuadernos de repaso, puzzles… cosas que ayuden a soportar el confinamiento"

En la tienda, despacha todo el día con la mascareta y los guantes puestos, y con reservas de hielo de manso desinfectante que acumulaba polos al almacén. "Hemos puesto una línea roja ante el mostrador y letreros indicando la distancia mínima obligatoria, y los clientes siempre lo respetan", relata. La clientela que todavía acude a la librería le agradece a diario que siga abriendo. "Nos dan las gracias porque los proveemos de información y de entretenimiento, en días como estos es muy necesario", afirma en Jesús.

 

 

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