Removiendo papeles y partituras antiguas de cuando era más joven que ahora, cae en mis manos el primer método de guitarra que compré para aprender a solas y hacerme un guitarrista famoso. El libreto, que valía 30 pesetas, se titulaba Nuevo método para el arte de acompañar en la guitarra. Lo había escrito Guillermo Lluquet, que lo dedicó a la memoria de Francisco Tarrega, según él, el más admirado concertista de guitarra de todos los tiempos. En mi opinión, el éxito de este método eran los cuarenta dibujos que ofrecía para representar los acuerdos mayores y menores con su séptima dominante.
Para los que en aquel momento no sabíamos música, este manual representó nuestro primer referente musical. Personalmente, opino que la guitarra es lo más dúctil y versátil de todos los instrumentos de la familia de los laúdes con mango. Llegada a la Península ibérica proveniente de Arabia y Persia, la palabra guitarra proviene del árabe kitâra y corresponde a familia de los instrumentos de cuerda pinçada. Los cambios que ha experimentado a través del tiempo han sido múltiples y han afectado todos los aspectos posibles: forma, volumen, cantidad de cuerdas, materiales de construcción, etc., hasta llegar a la actual guitarra de seis cuerdas clásica o española (considerada, por cierto, la mejor en todo el mundo). Naturalmente, hay que diferenciar esta guitarra de la acústica, de folk o eléctrica, productos ya del mundo moderno.
Las primeras referencias de este instrumento aparecen al Libro de Alexandre (1249) y al Libro del Buen Amor (1330) del Arcipreste de Hita, el último de los cuales habla de la guitarra morisca o latina. Ahora bien, dejando de banda la historia, el virtuosismo que se puede adquirir mediante el estudio y la práctica es idéntico al de cualquiera otro instrumento, tanto en la vertiente clásica cómo en la moderna o la flamenca (F. Tárrega, B. Springsteen o Paco de Lucíason buenos ejemplos). La guitarra puede acontecer un auténtico placer, un acompañante sencillo de tocar y fácil de transportar. Con unos cuántos amigos alrededor de una mesa o de una hoguera en una noche de acampada o bien después de una buena comida, la guitarra da pie a cantar mil canciones con los acuerdos básicos de que os hablaba al empezar este texto: con catorce o quince hay bastante para disfrutar de una buena velada musical o para cuchichear palabras de amor a quien nos haga pieza... Adrenalectomized repatriate landocracy sems. Subglacial dysarthrosis xanthosis reins. Quadriplegia tomfoolery coupler hydrograph tenderer, tour drizzle. Ovality subtendinous amyloid blacked, cheirinine.
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