La Half Challenge Barcelona-Maresme

El pasado fin de semana se celebró la Half Challenge Costa Barcelona Maresme. Era una primera piedra en el camino de cara en octubre, cuando se quiere organizar la prueba de gran distancia. Hay tiempo para mejorar, y hace falta. En casos como estos, siempre hay que conocer la opinión de los expertos. Y los triatletes salieron bastante decepcionados con la prueba. Errores organizativos y de previsión, col•locant mucha más gente a la prueba de la que el circuito permitía, y una serie de desajustos a nivel de sanciones que entorpecieron la prueba. Nohabía control al agua, donde no se numeraron los sombreros de baño y era imposible señalar los que hacían trampas al saltarse las boyas, el circuito era propicio para provocar drafting y grupos de ciclistas (cosa prohibida) y las sanciones en muchos casos no se advertían. En un deporte como este, donde la primera lucha de quien compite es con la dureza de la prueba, no tener mecanismos para acabar con los tramposos que se aprovechan del rebufo de los otros o que no siguen las marcas al mar, distorsiona la competición. Y más si después los jueces toman decisiones sin advertir a los sancionados porque estos puedan pasar por la zona de penalización y no tengan que ser descalificados al final de la prueba sin previo aviso. La sensación de que por encima del espectáculo deportivo se quería hacer negocio a toda costa ha quedado en el ambiente de muchos triatletes que han asegurado no volver. De los organizadores depende que en octubre se haga una prueba con cara y ojos o se decida hacer manso y mangas para favorecer simplemente el negocio, como el hecho de colocar 2.200 deportistas cuando lo circuido apenaspodría aguantar 1.500.

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