"A pesar de que se ideó hace algunas décadas, la Muestra de Sant Pere más Alto es todavía un proyecto joven, y hay que consolidarlo". Así de claro se mostraba Carles Spà, uno de los miembros de la organización, un golpe la Muestra ofrecía ya el último espectáculo.
Cuatro gotas
A lo largo del anochecer las actuaciones se han ido succeïnt. Aproximadamente hacia las 21.00, de forma espontánea Carles Maicas, miembro del Colectivo Teatro por la Paz que está representando estos días el espectáculo "Morir en Bagdad, ha subido al escenario pequeño y ha explicado cómo se está llevando a cabo este proyecto. Posteriormente dos actrices han leído sus monólogos que hablan sobre las víctimas de la guerra en Irak y sus pensamientos antes de morir. La ovación del día, y quizás de la Muestra, ha estado por una niña de diez años, Urània Estalrich, que ha interpretado de forma magistral su monólogo.
A las diez y cuarto, cuando el elegante rock de Zoe's band hacía poco más de cinco minutos que sonaba, una repentina llovizna ha obligado a parar y suspender la actuación y que artistas y espectadores desmontaran deprisa y corriendo toda la exposición plástica de la Muestra. La lluvia ha durado pocos minutos, pero suficientes como para mojar alguna de las obras colgadas a las paredes de la calle y la plaza. A las once y veinte, justo antes del espectáculo de Clown Recortes de ciudad del Grupo de Clown del aula de teatro, un nuevo xiri-mire a hecho tèmer la suspensión definitiva de las actividades, pero todo ha quedado en nada y las sonrisas y los gags se han sucedido con los clowns encima el escenario pequeño de la Muestra.
El final de fiesta ha ido a cargo de los argentonins Tabla tarang, que han demostrado con un concierto contundente, hasta qué punto saben trabajar la percusión y los ritmos fusionados. El numeroso público que ha ocupado la plaza y la calle ha acabado sucumbiendo al empujón del grupo, bailando a ritmos de djembés, batería, bajo eléctrico, piano y percusiones.
El balance final
La buena respuesta tanto del público como de los grupos es uno de los hechos que han querido remarcar los organizadores: "la gente que viene a mostrar su creación se trae muy bien", explicaba Carles Spà. Durante la noche, muy concurrida, se calcula que más de dos mil personas han pasado por Sant Pere más Alto. En algunos momentos, el recinto se quedaba pequeño. Así, los promotores del proyecto tienen claro que el modelo de la Muestra es válido durante un par de años más, pero que "hay que estudiar la posibilidad de ampliar el espacio más allá de la propia calle, así como plantearse si es aconsejable la entrada de sponsors que aseguren una mayor profesionalidad y viabilidad del proyecto" comentaba uno de los promotores. En todo caso, el salto cualitativo de la programación está claro e indiscutible, a pesar de que según Spà, quizás habría que intentar abrir y ampliar el tipo de público asiduo a la Muestra; "es un tipo de público muy concreto, mucho del centro de la ciudad. Quizás el hecho quehaya artistas de la comarca permite abrirlo un poco, a pesar de que tenemos que estudiar como hacerlo llegar todavía además gente". El cierto es que las 36 horas han acabado funcionando, gradualmente con más organización y menos imprevistos, y que tal como decía uno de los pintores, con una cerveza a la mano y con la camisa despitregada, "la gracia de todo es que el espectáculo no pare". Y en Sant Pere más Alto este fin de semana el arte no ha parado.
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