La mala visibilidad desllueix los fuegos de Las Santas

Un año más la playa de Mataró se llenó a tope para vivir la noche más multitudinaria de Las Santas con permiso de la Noche Loca, la noche de los Fuegos Artificiales y el Sarau. Los mataronins y mataronines que bajaron hasta borde del mar para ver el castillo de fuegos, pero, vieron como una gigantesca fumarada –provocada por los mismos artefactos- impedía una buena visibilidad de las figuras y, en la mayoría de ocasiones, reducía el espectáculo a una simple “nube con luces de colores”, como comentaba Rocío Gallardo, una de las espectadoras.

"Un 50% del éxito de los fuegos depende de la climatología y ayer no acompañó. A veces pasa". Es el análisis resignado de Miguel Àngel Tomàs, uno de los representantes de la pirotécnica Tomàs, que explica las razones del decepcionante espectáculo que se vio en la playa de Mataró. "Técnicamente estoy muy satisfecho. Todo va salir como era deseado, pero no soplaba nada de brisa y esto hizo que mucha gente sólo viera humo".

A pesar de la mala visibilidad fue generalizada, algunos afortunados pudieron ver el castillo de fuegos en todo su esplendor. Sobre todo, aquellas personas situadas alrededor del Puerto de la ciudad. Una solución podía haber sido aumentar el tiempo entre petardo y petardo, pero esto saca mucho de interés al espectáculo e incluso resulta aburrido, según explica Tomàs. "No es nuestro estilo, nosotros hagamos castillos intensos", comenta.

Pero más allá de los problemas de visibilidad, el espectáculo montado por la compañía pirotécnica tampoco acabó de convencer los espectadores. La pirotecnia explica que planteó una exhibición "completamente diferente a la del año pasado, con nuevos efectos y con más palmeras, tal y como nos había pedido el Patronato de Cultura". A la práctica, pero, el que se palpaba a la arena era un castillo de fuegos demasiado similar al año pasado y carecido de grandes figuras. “Ha sido aburrido y demasiado flojo, parecía que los petardo flaquearan”, comentaba Loli Domínguez minutos después de la exhibición. Y no era la única puesto que la decepción –un poco curada por los grandes chasquidos finales del show- fue la tónica general de la Noche de los Fuegos de este 2007.