Pocas veces la sala de exposiciones de Can Palacete puede presentar una exposición del nivel de Chillida. Códigos, producida desde el Museo Chillida-Leku y el Departamento de Cultura de la Generalitat, que se tiene que inaugurar este anochecer después de haber empezado su ruta itinerante en Reus. Pero todavía es menos habitual que el Patronato Municipal de Cultura tenga la posibilidad de personalizar una exposición poniéndose en contacto con el Museo de donde originalmente salen los trabajos. En lo el caso de la exposición de la obra gráfica de Eduardo Chillida en Mataró esta se ha ampliado con nuevas piezas que se añaden a los 41 grabados de la exposición itinerante: cuatro Lurrak (esculturas de tierra cocida), dibujos a tinta y dibujos de manso, el seis relevos relaciones con el Libro de Parménides y ocho gravitaciones pequeñas esculturas en papel hechas a partir de la técnica del collage gracias a la voluntad experimentadora del artista-.
El presidente del Patronato Municipal de Cultura (PMC), Jaume Graupera, y el comisario de la exposición, Ignacio Chillida, han expresado esta mañana la satisfacción mutua por haber podido colaborar en este sentido. Chillida ha explicado que la intención es personalizar, en aquellos lugares que se pueda, la muestra tal como se ha hecho en Mataró. "Seguramente, pero, no será la misma obra que hemos traído aquí", ha dicho el hijo del artista, que también es grabador.
El resto de piezas de la muestra son 41 obras entre las cuales predomina el aguafuerte con 33 piezas de esta técnica; una litografía, dos xilografías, cuatro serigrafías y una punta seca completan la lista. Todas ellas se enmarcan en un periodo de creación que va desde 1970 a 1995, un periodo muy prolífico para Chillida en el uso de este medio de expresión. El artista ha utilizado en todas ellas un lenguaje no figurativo con la excepción de las manos que aparecen de forma considerable a lo largo de su trayectoria. Todas las obras guardan cierta monumentalidad y una proximidad total con su escultura. "La muestra está organizada cronológicamente y se ve la evolución, que coincide con la producción de esculturas y dibujos", ha subrayado Chillida.
La exposición quiere dar a conocer una parte esencial de la obra del escultor vasco, la gráfica, considerando como tal la obra gráfica impresa, la estampa. En ella se abordan los temas clásicos del vasco: el espacio, los límites, los tiempos o la materia. La muestra se podrá ver en la sala de exposiciones de Can Palacete hasta el 27 de agosto. También hay la posibilidad de hacer visitas guiadas el 11 de julio y el 8 de agosto a las 19 h a un precio de 3 euros. La exposición se acompaña de un audiovisual que ayuda a entender la obra y la filosofía de Eduardo Chillida, un espacio de documentación y un catálogo editado por el Departamento de Cultura.
Al acto de inauguracióntienen previsto asistir la directora general de Cooperación Cultural del Departamento de Cultura de la Generalitat de Cataluña, Assumpta Bailac, el subdirector general de Cooperación Cultural del Departamento de Cultura de la Generalitat, Ramon Bosch, y el director del área Comercial y de Comunicación del Museo Chillida-Leku, Luis Chillida, el otro hijo del genial artista.

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Apuntes biográficos de Eduardo Chillida
Eduardo Chillida (San Sebastián, 1924-2002) se trasladó a Madrid el 1943 para cursar estudios de Arquitectura, sin embargo el 1947 decide abandonar la carrera y entra a dibujar a la Academia de Bellas artes de San Fernando. El año siguiente, marcha en París donde se inicia en la escultura y expone una obra en el Salón de Mayo. El 1951 un año después de su casamiento con Pilar Belzunce- se instala a Hernani donde descubre el hierro, y realiza su primera obra en este material, Ilarik.
Tres años más tarde, tiene lugar su primera exposición individual en Madrid a la Galería Clan y aborda la obra pública con las puertas de la Basílica de Aranzazu. El 1958 obtiene el Gran Premio Internacional de Escultura de la 29a Bienal de Venecia, una puerta para recibir casi todos los premios existentes a lo largo de su vida: el de la Bienal Kandinsky el 1960; el Wilhelm Lehmbruck el 1966; el Kaissering alemán el 1985; el Príncipe de Asturias el 1987 y el premio Imperial de Japón el 1991. Así mismo, compilación importantes reconocimientos por su obra gráfica, como el premio del grabado de la Bienal Internacional de Liubliana el 1972, o el del Ministerio de Cultura japonés del grabado el 1976. Su obra está presente a las colecciones de más de 20 museos en todo el mundo y se ha expuesto en varias ciudades como Berlín, Londres o Nueva York. El septiembre del año 2000 se inauguró el Museo Chillida-Leku, espacio monográfico en las proximidades de Donostia. Para el escultor fue un sueño hecho realidad. Es el lugar donde descansan sus obras, en diálogo constante con la naturaleza.
Ignacio Chillida conversando con Jaume Graupera ante las gravitaciones expuestas.
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