La red de bibliotecas

La segunda biblioteca de la ciudad, que se ubicará al recinto modernista del antiguo Matadero y que traerá el nombre de Antoni Comas, abrirá sus puertas en 2012. Lo hará quince años después de que se inaugurara la primera, Pompeu Fabra, que hasta hoy todavía es la única biblioteca pública de la ciudad. Con este tipo de equipamientos Mataró sufre una carencia histórica e incomprensible, a la cual ha tardado demasiado a hacer frente. Con la nueva biblioteca se paliará relativamente la situación, pero todavía queda mucho trabajo para hacer. Una ciudad de 120.000 habitantes como la capital del Maresme tendría que tener como mínimo dos bibliotecas más para establecer una red real muy distribuida en el territorio. Pero a estas alturas encara la tercera todavía no está ni planificada, a pesar de que todos los indicios apuntan a que se hará al Triángulo de los Molinos. Esta decisión ya se tendría que haber tomado hace tiempo para poder empezar a dibujar el proyecto y, sobre todo, intentar encontrar fuentes de financiación en un momento extremadamente complicado en este sentido. Las bibliotecas públicas son equipamientos indispensables en el ámbito cultural y educativo, pero también como elemento de cohesión social en los barrios. El papel de Pompeu Fabra en este sentido en sus 13 años de existencia ha sido ejemplar, pero ella sola no puede afrontar todos estos retos. A pesar de que tarde y lentamente, es de celebrar que el gobierno apueste definitivamente para crear estos nuevos equipamientos. Una red de bibliotecas que tiene que saber inscribirse en los nuevos tiempos del mundo editorial, en que la electrónica e Internet se está abriendo camino de manera acelerada frente al libro tradicional.

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