"Todavía nos queda mucho para hacer". Jaume Coll Fulcarà, el arquitecto responsable de la rehabilitación de la Casa Coll y Regàs, reconoce que la restauración de la fachada, inaugurada oficialmente la semana pasada, tan sólo ha sido el primer paso. Todavía quedan diferentes fases que afectan el interior de esta joya modernista del arquitecto mataroní Josep Puig y Cadafalch. "La rehabilitación de una casa como esta nunca se acaba, en realidad", asegura.
"Estipularemos las próximas fases, priorizando las más importantes y vinculándolas a la capacidad económica de la Fundación"
El arquitecto contratado por la Fundación Iluro, actual propietaria del edificio de la calle de Argentona, explica que están planificando los siguientes movimientos. "Crearemos una línea de trabajo donde estipularemos las próximas fases, priorizando las más importantes y vinculándolas a la capacidad económica de la Fundación, así como a las subvenciones públicas que esta pueda recibir". En paralelo a estos trabajos, la Fundación Iluro tiene que definir todavía cuál será el Plan de Usos de la Casa Coll y Regàs. El presidente de la entidad, Pere Carles Subirà, reconoció durante el acto inaugural de la semana pasada que todavía no lo tenían claro.
La primera fase ha costado 120.000 euros, y tal y cómo reconoce el propio Cuello Fulcarà, ha sido "un proceso bastante complicado". El proyecto ha tenido que pasar muchos filtros para poder llegar a un consenso entre todas las partes implicadas (Ayuntamiento, Patrimonio de la Generalitat y la propia Fundación) y vivió una cierta polémica por la decisión de restituir todo el estucado de la parte perimetral de la tribuna de la fachada, rehaciéndolo de nuevo siguiendo el mismo proceso artesanal que cuando se creó a la época de Puig y Cadafalch. Al final, pero, el arquitecto se muestra satisfecho. "Ha valido la pena invertir tiempo, ganas e ilusión".
La casa, una auténtica joya modernista
Como arquitecto que conoce en profundidad las características del edificio, Cuello Fulcarà es uno de los nombres más adecuados para definir la importancia de la Casa Coll y Regàs. "Todos los elementos que caracterizan el modernismo se reúnen en ella", resume. Por ejemplo las soluciones arquitectónicas audaces, como por ejemplo la claraboya central que ilumina el 100% de una planta baja que sin ella sería demasiado sombría. "Es una solución práctica y a la vegada simbólica y bucólica, puesto que representa el lluernari que conecta el cielo en la tierra", explica el arquitecto.
"El 90% de las paredes interiores de la planta baja están esgrafiades, no hay una pulgada sin un elemento artístico"
La peculiar planta tan estrechada y alargada de la casa obligó Monte y Cadafalch a ser especialmente original para evitar el efecto "tubo" propio de los largos pasillos que se encuentran en muchos inmuebles antiguos. Para hacerlo el arquitecto mataroní, tal y cómo destaca Cuello Fulcarà, creó varios planes verticales que, en forma de portalades, van marcando los espacios, definiendo claramente cada habitación de la planta noble cómo si fueran "diferentes salas de un museo que van explicando una historia". A todo ello sesuma el impresionante trabajo artesanal que acumula el interior de la casa, con vitrales, carpinterías, mosaicos hidráulicos, cerámica, masonería revestida por estucado de cal... "El 90% de las paredes interiores de la planta baja están esgrafiades, no hay una pulgada sin un elemento artístico", resuelve el arquitecto.
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