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Manuel Cusachs

La sardana se nos muere

La sardana, la danza nacional de Cataluña, se nos muere. Está en estado grave y si se no pone remedio de aquí pocos años habrá pasado de ser una danza viva a una pieza de museo. A las bailadas, a los encuentros de Mataró de Can Bruguera, a los conciertos sólo hay gente mayor. La juventud – el relevo generacional - ha desertado de las rotllanes. Ni los Maulets la bailan. Por qué?

Hace medio siglo la juventud iba a las bailadas y a los encuentros con gran fruición donde a través de la sardana y nos permitía relacionarnos chicos y chicas, hacíamos “manitas”. La sardana era también, en la dictadura, una forma de sentirnos catalanes. Verso en sesenta el problema era a las coplas. No había gente joven que estudiara instrumentos de copla (tible, tenora, flabiol) y todo presagiaba su extinción por carencia de renovación generacional de músicos. había pandillas sardanistes y gente joven que bailaba con deleite.

Con el paso de los años la cosa ha ido cambiante. Apareixionknous músicos jóvenes entre los que hay chicas y mujeres que sra haoren en un ámbito que había sido dominado por los hombres. Ahora hay más coplas que nunca y bailadas y encuentros, pero no hay niños y jóvenes que bailen. La música anglosajona y la relajación sexual son dos motivos a tener en cuenta.

La sardana es la danza representativa de Cataluña. Tiene unos valores sociales y éticos que un día nos hicieron pensar que podría ser también la danza representativa de la entonces la anhelada Unión Europea.

A los medios de comunicación casi no se habla ni se sienten. Parece que nos avergüencen. Todo el mundo sabe el que costó que Tv3 – “la nuestra”! - cediera a las presiones para hacer un programa sardanista.

Habría que dar la vuelta esta situación anormal. Hay que sacudir nuestra conciencia y potenciar la sardana (musical y como danza). Qué hay que hacer? Se me acuden varias cosas: hacer cursillos a las entidades y en las escuelas; difundir la música en la calle, a la radio, la tv, la prensa. Tendría que tener la misma información como la que, por ejemplo, ha conseguido el mundo casteller. Gente notable del mundo cultural, de la sociedad civil, políticos, etcétera tendrían que hacer apología de la sardana y sus virtudes. Tan bonito cómo es escuchar y – sobre todo - bailar sardanas. Y no olvidamos el simbolismo de catalanidad, de igualdad y de espíritu democrático que tiene.

Si no ponemos remedio tenemos sardanas – vivas - mientras dure la generación que la baila actualmente. Adrenalectomized repatriate landocracy sems. Subglacial dysarthrosis xanthosis reins. Quadriplegia tomfoolery coupler hydrograph tenderer, tour drizzle. Ovality subtendinous amyloid blacked, cheirinine.
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