Este año la Vieja Cuaresma no se podrá calzar siete modelos de zapatos, puesto que ha cambiado cinco de sus tradicionales piernas de forma humana por las patas de cinco animales diferentes. El "culpable" de esta metamorfosis es lo mataroní Sandro Soriano, que hizo este diseño pensante en los más menuts: "Los niños son el principal público de la Vieja Cuaresma, los que más se paran a mirarla, y me pareció adecuado que este año tuviera patas de animales, que gustan mucho a los niños", explica Soriano.
Además, a diferencia de estos últimos años, el dibujo de la Vieja Cuaresma se puede observar de cara: "Hasta ahora la mayoría de figuras habían sido dibujadas de perfil, y encontré que sería interesando un cambio como este", señala Soriano, que tuvo la idea de participar en la creación de la figura mientras acompañaba su hijo en uno de los actos que a la una del mediodía de cada domingo de Cuaresma se celebran en la Plaza de la Pescadería (donde está colgado el dibujo) para cortar una pierna a la vieja peixatera. Durante el acto, el público, formado mayoritariamente por niños, padres y madres, puede disfrutar de un pequeño refrigere.
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